jueves, 25 de septiembre de 2014

EL INCORRUPTIBLE



EL  INCORRUPTIBLE

Hay quien dice que es falso que haya existido en alguna época, otros afirman que tan solo es un mito, una fábula inventada por las corrientes idealistas del Siglo XVIII, otros aseguran que en efecto, vivió en un recóndito paraje de un continente sumergido.
El caso es que hay diferentes vertientes de pensamiento al respecto, muchos se apoyan en ciertos indicios hallados en una profunda cueva de Groenlandia, donde se dice que habitó en una de las inter glaciaciones Wûrm; en fin, todas las teorías deben analizarse a la luz de la ciencia histórica, para aseverar la realidad de su remota y dudosa existencia.
Algunos científicos sostienen que existen pruebas contundentes acerca de que alguien lo vio merodeando en Tanzania, también atrevidas y refutables confesiones de un anciano que presumía haber hablado con el y aunque parezca increíble, hay quien jura que lo trató en persona por unos días; sin embargo en el último Congreso sobre su búsqueda, se concluyó que todo lo que se tiene en concreto, son meras especulaciones, ya que los documentos en que descansaba la tesis más confiable, fueron de origen apócrifo.
Alguien lanzó la idea del eslabón perdido, pero de inmediato surgió su anti tesis y muchas controversias surgieron de todos los confines de la tierra, desestimando tal hipótesis.
Maestros y doctores de los cinco continentes confluyen en la absoluta imposibilidad de tal existencia y en ese remoto caso, el sujeto quedaría fuera de la especie humana, entonces se tendría que deducir que fuera un extra-terrestre.
Pero muchas leyendas se han vertido en la historiografía universal de personajes incorruptibles, sin embargo al escarbar solo un poco en sus antecedentes e historias íntimas, van saliendo a flote sus andanzas delincuenciales, sus fraudulentas maniobras o  sus engaños y caídas.
Cuentan que en arcaicos tiempos, creo que fue en el Paleolítico Superior, surgió en una aldea de Lemuria, un sujeto que cobró fama de no ceder al canto de las sirenas, de no caer en lo que hoy llamamos cabildeo, que resistió a venderse, que rechazó las migajas, que se rehusó a comer lentejas del plato, que jamás lo maicearon, que nunca traicionó ni sus principios ni a su pueblo y por último que fue lapidado sin clemencia por la plebe.
La realidad es que desde Diógenes hasta nuestros días se le ha buscado y no se ha encontrado tal singularidad, lo más probable es que no es que sea un ejemplar extinguido, sino que nunca existió..


           

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