martes, 16 de septiembre de 2014

ÉTICA (En peligro de extinción)



ÉTICA   (En peligro de extinción)

Qué fácil resulta eludir los principios éticos (cuando se tienen), que fácil engañar a la conciencia (si la hay), qué fácil hallar excusas para burlar el espíritu de las leyes, con qué facilidad se encuentran los pretextos más pueriles para exculparse de las faltas cometidas.

Sin testigos que presencien los delitos, traiciones, deslealtades, infidelidades; es extremadamente fácil caer en las tentaciones que se abren en el camino.

Qué fácil es justificarse con el argumento de siempre: Cualquiera en mi caso, habría hecho lo mismo.  

Abogados que capacitan a ejecutivos y operadores extranjeros en la práctica de sobornos y costumbres corruptas de nuestra burocracia, para el apoderamiento de nuestros recursos energéticos.

-Si no lo hago yo, lo haría cualquier otro-

Licenciados que se prestan a todo tipo de burlas al derecho: salvar a un criminal, condenar a un inocente, liberar un pederasta, embargar un anciano indefenso, regularizar un fraude, legalizar extranjeros indeseables, despojar ejidatarios para beneficiar chinos, japoneses o canadienses depredadores de nuestra patria.

-Esta oportunidad no la puedo dejar pasar, si no lo hago yo, lo haría cualquier otro-     

Algunos profesionales de todas las ramas que sirven de aval y guía para modificar documentos, eludir normas, alterar especificaciones, facilitar el hurto, la extracción de gasolinas, favorecer el robo, callarse ante la trampa.

-Si no lo hago yo, lo hubiera hecho otro cualquiera-

Inspectores, aduanales, policías, militares, carceleros, vigilantes, secretarios, rectores, directores, diputados, senadores, gobernadores, jueces, ministros, magistrados y presidentes que se prestan gustosos al logro de prebendas y vergonzosos sobornos, que se entregan sin recato a la violación de la ley, con la garantía ya endémica, de la impunidad nacional.

-Todos lo hacen ¿por qué yo no?, si es una práctica común en nuestro país-
Asesinos que masacran familias enteras por una cuota, gente que se aprovecha de la ocasión para apropiarse de lo ajeno, personas que compran robado, que comercian con infantes y con órganos humanos, candidatos que compran votos,  individuos que se entregan a las más deleznables prácticas y dicen:

-Si no lo hago yo, otro lo hará-  Con ese “razonamiento” se justifican.

Habrá que reconocer que existen también personas que en el anonimato han permanecido impolutas ante las tentaciones de la corrupción desencadenada a todo lo ancho de nuestro amado México y ¡bien por ellas!

No destacan, ni son arrogantes; son ignoradas por su modestia y sencillez, tienen la conciencia inmaculada, limpia su alma, pura su honra; esas personas no necesitan aplausos ni caravanas, son muy escasas y están en peligro de extinción.     

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