TEMPORARY WORK AGENCY
OUTSOURCING
LA NUEVA ESCLAVITUD
La injusticia del sistema explotador de las necesidades de
supervivencia se extiende a todo lo ancho de nuestro mundo, una forma que por
su propia esencia tiende a favorecer a unos cuantos beneficiarios que
acrecientan sus riquezas, por ende su poder y propicia el abuso de la fuerza
laboral de empleados y trabajadores.
Al interior del
país “más democrático” de la tierra, que por desafortunado azar del destino nos
tocó de vecino, se cometen verdaderas injusticias con inmigrantes,
especialmente con los indocumentados, de los que por desgracia, gran proporción
son compatriotas nuestros.
El estilo
norteamericano con el que millones de latinoamericanos sueñan, es en realidad para
ellos, una cruel pesadilla; como lo atestiguan cotidianamente miles de personas
que cruzan nuestro territorio, con la ilusión de llegar al inhospitalario país
del Norte, donde supuestamente habrán de encontrar un paraíso que, lejos de
ello, se convertirá en un infierno.
Hallarán un clima
hostil, con gélidas temperaturas que nunca imaginaron, grados bajo cero que
congelan con mayor rigor los tropicales humores centroamericanos, un rechazo
social que les habrá de confinar a ocultarse en rincones insalubres y andar a salto
de mata constante, para no ser sorprendidos por su ilegalidad.
Serán
discriminados permanentemente, hasta por sus mismos paisanos que ya legalizados,
les ven como competidores; quizá algunos corran mejor suerte al ser aceptados –
efímeramente - por las comunidades
compatriotas que se solidaricen con ellos, el idioma siempre será un obstáculo
casi infranqueable que, aunado al color de la piel, sirven para identificar al
moderno esclavo.
Los emigrantes
indocumentados que logren cruzar la frontera, después de librar aberrantes
obstáculos que dificultan su heroico tránsito a través de inhóspitos
desiertos y estorbosas barreras, pagando
cantidades reunidas con enormes sacrificios de sus familias, siendo constantemente víctimas de los
traficantes de seres humanos en contubernio con las autoridades corruptas; por
fin, con mucha suerte, quizá después de varios temerarios intentos, logren
adentrarse en los Estados Unidos.
Ahí empieza el
otro calvario, en ese “ultra civilizado país”, el estado de derecho permite y
facilita la explotación humana más vergonzosa, ninguna protección existe para
la mano de obra indocumentada, ninguna garantía de protección social, no hay
reglas laborales aplicables al caso que rijan la relación obrero patronal, el
mercado negro es la ley.
Las jornadas
laborales pueden extenderse sin cortapisas, no existen reglas de sanidad ni
protección ni seguridad para el trabajador, no hay ni horas extras pagadas al
doble, ni prima de vacaciones, ni reparto de utilidades, ni aguinaldo, ni
equipo de protección, ni inspecciones
que vigilen el trato al empleado indocumentado temporal.
Para cerrar con
broche de oro, son contratados verbalmente por empresas que están registradas
bajo el nombre genérico de “temps” apocope de “temporary” que significa
temporal, mismas que cobran su sueldo, el que fragmentan, para pagar al
trabajador, si bien les va, la mitad de su salario.
En USA en 2008,
había 13, 722 empresas “temps” en diferentes modalidades como las famosas
“outsourcing”, con un ingreso cada una de US$7’400,000 (siete millones
cuatrocientos mil dólares).
La mano de obra
temporal dentro de estas paupérrimas condiciones, alcanzaba el año pasado la
cantidad de 4’000,000 (cuatro millones) de trabajadores, generando una enorme
riqueza para estos voraces empresarios intermediarios que, hoy por hoy, se
frotan las manos de gusto, con el sudor y las lágrimas de nuestros
connacionales y nuestros primos latinoamericanos, expulsados por la corrupción
de los gobiernos alineados con el ignominioso sistema.