ESTRATEGIA CONTRA
LA POBREZA
Lo
repiten como slogan en todos los noticieros, de todos los canales y estaciones.
La premisa de la que parten reza así: “Para acabar con la pobreza, es necesario
un crecimiento económico sostenido y
ello se conseguirá realizando las reformas
estructurales que el país reclama y necesita”
Con esta
apabullante propaganda en todos los medios, convencerán a la mayoría de la
población de los beneficios que conllevan las reformas estructurales, mismas
que traerán consigo un importante incremento del Producto Nacional Bruto (PNB) y esto repercutirá automáticamente en
los bolsillos de los más pobres.
La
mayoría de los mexicanos es pobre o muy pobre, y esa masa fue la que apoyó vía
monex, dádivas, compra de voto, despensas, gorras, láminas de cartón, bultos de
cemento, tarjetas soriana, etc. a la clase política que es subordinada de las
decisiones internacionales, que toman las grandes corporaciones, que a su vez
dependen de quien verdaderamente detenta el poder supremo, es decir los
universales magnates de las finanzas.
Las reformas
energéticas que se llevarán a cabo en el sector petrolero, solo legalizarán lo
que de facto ya se hace. Los contratos de servicios múltiples se verifican por
todo el territorio nacional, hay camionetas de Halliburton entrando y saliendo
de las instalaciones de Pemex, tal como corren por las vías nacionales veloces
trenes de Kansas City o se yerguen majestuosos los hoteles Sheraton, lo mismo sucede con la energía eléctrica,
áreas reservadas exclusivamente a la nación de acuerdo a nuestra Constitución.
Pemex no
se va a privatizar como empresa, es un gigante ya casi hecho chatarra, una
estructura obsoleta, gracias a una campaña soterrada y mal intencionada de
descuido y corrupción; el primer golpe lo dio Salinas al dividirla, hoy se
disponen a darle la puntilla. Vendrán las petroleras extranjeras con equipo y
tecnología de punta.
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