¿QUIÉN ERES TÚ?
No sé tu
nombre, sólo sé que si algún deseo, me fuese concedido por los dioses, pediría
ser el viento que rosa tus mejillas, el suelo que pisan tus plantas o la luz
que acaricia tu pelo.
Saber
que existes es mi premio mayor, reconozco que no te merezco, por eso guardo la
distancia y silencio, no quiero perturbar tu serenidad.
Bendita
seas en todas y cada una de las células que dan tan sublime hermosura.
Tal
concentración de belleza en una sola mujer no se había visto, en ti se reúnen
todos los atributos y las majestuosas cualidades de una diosa.
Avanzas
entre los árboles con tal gracia, con tal ritmo, que las ramas de los árboles
se vencen a tu paso.
Me
deleito con verte, con adivinar tu
aroma, pisar tus huellas y respirar el hueco que dejas cuando sin saberlo, me
dejas.
Perdona
esta revelación secreta, esta confesión sincera repleta de admiración profunda,
soy cautivo de tu encanto.
Despiertas
en mí las más exuberantes pasiones, cuando apareces en el horizonte el mundo se
hace mágico, los colores revientan, las plantas se mecen al ritmo de tus
piernas.
¡Qué
tienes que me enloquece? ¿Qué humor destila tu presencia que hace temblar mis
hormonas? ¿Qué destello fulgura de tu
cuerpo que me embruja?
Esa
cadencia de tu cuerpo moviéndose entre la floresta altera el orden universal
que rige en la existencia, te perderé sabiendo que nunca fuiste mía; pero
quedaré preso de tu esplendorosa indiferencia,
Una
secreta fascinación que ningún sueño puede contener, la realidad de tu ser, está
más allá de la imaginación más atrevida, te guardaré en lo más sagrado de mis
memorias, mujer de lindo andar.