LO SAGRADO
Lo
verdaderamente sagrado nada tiene que ver con las religiones oficiales
establecidas, tampoco con las iglesias que son instituciones humanas de control
político.
Lo
sagrado es reverencia a los sublime, a lo que excede nuestra capacidad de raciocinio,
lo auténticamente sagrado solo está al alcance de una mente vacía de recuerdos,
prejuicios y atavismos.
Lo
sagrado está en el silencio de lo eterno, en la cercanía con el infinito, ahí
donde no existen palabras ni hay razones.
Lo
sagrado emerge cuando todo está perdido en el olvido, después de la
purificación del cerebro, al cabo de la suspensión de la corriente de pensamientos.
Lo
sagrado se contempla sin querer ganar ventajas,
se admira y se agradece con
humildad, nada exige, solo se vuelca encima
del instante, aparece y se intensifica, no requiere explicaciones.
Lo
sagrado penetra en el espíritu, rebasa el vacío, inflama de amor, une causas y
efectos, trasciende siempre, brinda sosiego, armonía y concordia con la
grandiosidad del cosmos.
Lo
sagrado no requiere despejar el misterio, es revelación pura, es destello sin
mácula, es el éxtasis que envuelve al profano.
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