viernes, 26 de agosto de 2016

EFECTO DE LAS RELIGIONES

EFECTO  DE  LAS  RELIGIONES

¿Las religiones han hecho un mundo mejor? Preguntemos a los padres de las doncellas sacrificadas en los ritos paganos de la antigüedad, qué nos dirán las víctimas de los holocaustos ofrecidos a las deidades de la historia.

Indaguemos con los feligreses despojados de sus pertenencias en las invasiones de los fanáticos de otras creencias, veamos qué nos dicen los moros de los cruzados que asediaban sus ciudades con insólito rencor. Penetremos en los monasterios a presenciar cómo los monjes, frailes y acólitos se enredan en diabólicos aquelarres sexuales dignos del infierno, pero con la bendición papal.

Auscultemos las finanzas de las iglesias para encontrar sorpresas económicas, producto del arrebato a los inocentes creyentes, atemorizados por la amenaza de la eterna condena.

Levantemos sotanas y hábitos de monjas y sacerdotes para hallar los más aberrantes pecados de concupiscencia desenfrenada.  

Saquemos a la luz el sufrimiento indescriptible de los pecadores repletos de sentimientos de culpa, acusados por las falsas doctrinas de los ministros apócrifos todos.

Preguntemos a los libres pensadores que fueron martirizados y quemados vivos en la hoguera por las huestes de la inquisición encomendada a Torquemada.

Sopesemos el odio generado por voluntad de los jerarcas religiosos, capaces de cometer toda clase de atrocidades para ensanchar sus privilegios.

La realidad ha sido torcida por los dogmas amedrentadores colgados de altares, templos y capillas, induciendo el culto a la mentira.

Las religiones huyen de la verdad, son alérgicas al entendimiento sensato, se ahuyentan despavoridas frente a la filosofía, son temerosas de la dialéctica; con hipocresía infinita arrinconan al creyente incauto y preponderan  la venganza de sus dioses, para quien reniega de sus absurdas necedades. 

Las religiones dan consuelo al criminal, perdonan al asesino, premian al cobarde, aplauden al tirano, repudian a los disidentes, odian a su competencia, son sectarias, están infectadas de inmoralidad.

Sin religiones el mundo sería mucho mejor, basta detenerse y ver el desastre en el medio oriente donde su perfidia es peor.

Cuánto daño han hecho las religiones al hombre y se lo seguirán  haciendo,  mientras esas arcaicas tradiciones no sean aplastadas definitivamente por la razón.         


PERO YA ERA VIEJO

PERO YA ERA VIEJO

Le seguía gustando la fiesta, la algarabía, el carnaval, la música, el baile y los deportes; pero ya era viejo.  Quería continuar viajando, descubrir nuevos placeres, probar  otras aventuras, disfrutar exóticos sabores, oler fragancias paganas; pero ya era viejo.

Le gustaba la belleza juvenil, cuando veía las doncellas saltar entre las flores y correr en la pradera, se estremecía como un cachorro; también se ruborizaba junto a las muchachas que sonreían al sol, le lloraban los ojos de emoción en los atardeceres, cuando los pájaros retornan a sus nidos piando de contentos; pero ya era viejo.

Su corazón latía estrepitosamente frente a las nenas que meneaban sus faldas con el viento de la mañana, sentía escalofríos a la hora que las jóvenes enseñaban sus muslos en el jardín y se le desorbitaban los lentes cuando inclinadas, mostraban sus senos; pero ya era viejo.

Quería participar, opinar, advertir, aconsejar, premiar, besar, abrazar, desnudar, sentía el ímpetu irreverente de conquistar y domar féminas rebeldes; pero ya era viejo.

Le hubiera encantado desafiar al mar, trepar la montaña, cruzar el desierto, correr en el llano, pescar en el río, explorar, investigar,  experimentar, crear, pintar, esculpir y compartir todo con el amor; pero ya era viejo.

Le hubiese fascinado raptar una princesa ardiente y llevarla al bosque para amarla profundamente, aún soñaba en perseguir una linda rubia por los trigales, alcanzar una hermosa morena entre los nopales o derribar una espléndida trigueña en medio de la floresta, para deleitarse con sus labios y comérselas a besos; pero ya era viejo.

Cómo deseaba que su sendero tuviera mucho por delante, que su horizonte se extendiera más allá las fronteras, todavía sentía la potencia de su sangre reverberar en sus venas y prendidas sus hormonas en el cuerpo; pero ya era viejo.

No se cansaba del deseo, ni estaba fatigado de ser, sentía la euforia de la vida vibrar en su naturaleza tardía, no dejaba de asombrarse y suspirar ante la belleza del amanecer; pero ya estaba viejo. 

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viernes, 19 de agosto de 2016

SIN  EMPUJE

 -No tengo empuje- se quejaba, -nada de empuje- y en efecto, todo lo que emprendía, al poco tiempo se desinflaba, decían que al menor obstáculo se desanimaba, que no iba a llegar lejos.

Cuando eventualmente le daban oportunidad y lo contrataban en algún trabajo, de inmediato el desaliento lo invadía, le daba una especie de ataque de pereza que lo inmovilizaba hasta paralizarlo por completo; entonces lo despedían, sus jefes argüían el motivo, le falta empuje.

Era flaco, chaparro, delicado y muy débil; en todos los frentes se requiere energía, vigor y entusiasmo; pero él era taciturno, apático e indolente; se cansaba en cualquier subida, se agotaba en el primer esfuerzo.

Sus padres le ofrecieron ayuda, le pusieron un negocio que en pocos meses quebró por su indiferencia, después heredó un rancho de ganado y aves que, al cabo del tiempo, los animales enfermaron y murieron por falta de atención.

Las muchachas al saberlo rico, desfilaban por su casa, las miraba impertérrito,  por fin escogió una,  la más bonita que era coqueta y sensual, acabó abandonándolo – ¿Por qué?- le preguntaban, a lo que respondía: - Le falta empuje-

Todos los proyectos que iniciaba pronto se venían abajo, al primer paso, se  desmoronaba, todos sus intentos muy pronto flaqueaban, cuando caía, ahí quedaba completamente apagado.

Así,  aplastado por el dinamismo que la vida exige, se quedó tirado en su lecho, ya no se levantó, nunca tuvo empuje.      


miércoles, 10 de agosto de 2016

PILOTO DE LA HISTORIA

PILOTO DE LA HISTORIA

El simbólico personaje primero aparecía en mis sueños con reiterada insistencia, después se escabullía entre la bruma, luego se descolgaba de las nubes para sorprenderme cuando yo vagaba entre los fractales de mi inconsciencia, apenas lo recuerdo, pero regresaba cada noche con el mismo disfraz de peregrino.
Una tarde que yo deambulaba por el bosque vi una sombra misteriosa desplazarse entre los árboles, creí reconocerlo e identificarlo con aquella imagen onírica que me asaltaba con frecuencia, sentí que algo quería decirme… ¿Qué será? – Me pregunté – Siendo la misma entidad simbólica apareciendo en mi estado de vigilia, dudé e intenté afán despertar del sueño, si es que aún dormía.  
Por fin una noche de un día difícil, cuando regresaba de mis labores a la choza, sentí su poderosa presencia, me ericé de susto, pero mantuve la calma a pesar de estar aterrado y enfoqué la mirada en   el personaje que lucía fascinante indumentaria, su cuerpo entero un raro fulgor destellaba, extraña fragancia envolvió el ambiente.
Aguantando el espontáneo temblor que me nacía, permanecí impertérrito, sin bajar la vista; su poderosa mirada cayó sobre mí, parecía conocerme desde siempre, se me aproximó mientras en mis adentros pensé escapar, huir de esa misteriosa criatura que me hipnotizaba, quedé a su merced, me rendí ante su fuerza.
Paralizado, perplejo y mudo, esperando sin resistencia su mensaje, le pregunté con la mirada -¿Qué me va a comunicar?- Un eterno silencio descendió sobre el bosque, solo el viento moviendo las ramas de los pinos y el canto de los zenzontles ambientaban aquel fenomenal encuentro.
-¿Qué querrá de mí este espectro?- me preguntaba, cuando al cabo su voz se abrió para transmitirme el mensaje que, con tanta expectativa, yo esperaba.-
-Has sido elegido para para pilotear el destino de la historia- me dijo – Tú no eres el hombre insignificante te has creído ser, tú eres guía de la especie, de ti depende el destino del hombre, gigantesca responsabilidad cae sobre tus hombros-.
- Espantado, le argumenté, pero si soy un pobre infeliz que nada tiene, que nada vale, que he ido de fracaso en fracaso, que a duras penas subsisto en este valle ¿Qué puedo hacer, frente a los terribles problemas que amenazan al mundo?-
-Tú eres escogido, el universo te pertenece, para ti fue creado; los rayos, los truenos, los mares, los volcanes, el aire, la tierra, el sol, la luna y las estrellas te contemplan, te quieren ver reír, cantar, bailar al son del cosmos. Date cuenta del significado, es tiempo que lo asumas y reconozcas, no te quites de los controles, no claudiques de la capitanía, eres el piloto de la humanidad en este momento. De todos los rincones salen vectores apuntando tu cabeza, cada uno de tus gestos, de tus pensamientos, palabras y acciones mueven al destino-
-Sus palabras rebotaban en mi cerebro haciendo resonancia armónica en mis memorias, entonces le dije: Pero me hicieron creer que yo era basura, un hombrecillo más, sin importancia, con nula trascendencia, sus opiniones me sumieron en la insignificancia de mi efímera existencia, un simple animalillo perteneciente a una especie en clara extinción y ahora usted me revela estos secretos que me devuelven la confianza, que me confirman como algo valioso y no un costal de tripas y  huesos envueltos en la piel.-   
-Para hacerte saber este arcano, me afané en aparecer en tus sueños, hoy que me has visto lo sabes, sé que lo revelado ya ha transformado tu vida-
-Pero no quiero ser más que nadie,- le repliqué- ni especial ni distinguido por los dioses, así como tampoco excluido de ningún privilegio, quiero ser tan simple como todos los demás, entonces sonrió y me dijo –
-Cada uno de los hombres tiene la oportunidad de pilotear la historia mientras vive, solo que no lo saben, muchos no lo soportarían, otros no lo querrían; pero ya hoy tú lo sabes, esa es la diferencia.

EL VIEJO

EL VIEJO

La vejez es la etapa final de una vida, la culminación heroica de una odisea ocurrida  entre altas y bajas, triunfos y derrotas, satisfacciones y frustraciones, ilusiones y decepciones, amores y desamores, miles de noches y días transcurridos en el pasar del tiempo.

Experiencias acumuladas que cobran sentido al observarlas con el espejo retrovisor de la remembranza, cierta nostalgia y los méritos que significa haber cruzado a través del sendero que nos tocó recorrer.

Llegar a viejo es un premio que no requiere ser reconocido más que por sí mismo, ser viejo significa dignidad de verse reflejado en nuestra cansada sombra, a veces encorvada y lenta, como quien después de cruzar  la meta, afloja el paso, para el trote pausado que sigue, después del galope infantil y la agitación de la juventud.

Fuimos niños, jóvenes y adultos, hemos llegado a viejos por azares del destino, por la suerte que hemos tenido; el tiempo acumulado se manifiesta en nuestras canas y calvicies, en la baja de nuestro furor, en el abatimiento de nuestras hormonas, en el apaciguamiento de nuestra energía.

Qué importa si la lucidez no es la misma ya, si las ideas pasan zumbando sin detenerse y cuando las queremos alcanzar, se han esfumado. Sabemos que poco a poco se han borrado datos, fórmulas, cifras, definiciones, nombres, ecuaciones y conceptos; allá quedan en el almacén del olvido muchos recuerdos de dudosa utilidad; pero lo hecho, hecho está; lo dado, dado fue; lo vivido no se quita con la muerte.

Hemos existido compartiendo el mundo con la vida de billones de seres contemporáneos, pertenecientes a nuestra misma generación, entrelazados con la que nos precedió y la postrera; árboles, plantas, hierbas, matas, bacterias, insectos, hongos y animales con quienes nos correspondieron los mismos tiempos; colegas, camaradas protagonistas de la misma aventura, cada uno desde su particular trinchera.

Como un río que corre sin estancarse, así hemos de aceptar nuestra edad con dulzura y dignidad, con humildad y paciente sabiduría, para experimentarla como un postrer disfrute, sin querer interponer los esfuerzos de etapas superadas.

El espíritu del viejo no es pena ni vergüenza, los pliegues de la piel son prueba de las proezas vividas, ser viejo es ser prudente y sabio, silencioso, armonioso, conciliador y mortal.

La belleza juvenil ha desaparecido de nuestros rostros, la elasticidad se ha ido esfumando, la fuerza disminuido, los reflejos cediendo, la fragilidad anuncia la despedida, no es para entristecer el que nuestros sentidos sufran un deterioro paulatino.

La proeza de llegar a la vejez tiene gran valor, nada importan los achaques ni los dolores, éstos desparecerán cuando traspasemos el último umbral, el definitivo que nos dará el eterno descanso.

Sin miedos, sin temblores ni aspavientos; con firmeza, determinación y confianza avancemos estos últimos años, abiertos, claros, prístinos, valientes, sin fingir entereza, sintiendo el viento, la lluvia, el sol, la música, el cielo; sin dejar ni odios ni pendientes, perdonando de todo corazón, amando a quienes aún permanecerán un rato más, en esta maravillosa vida que tuvimos el privilegio de gozar.  

                 

MARTÍN

MARTÍN

La civilización de aquel extraño planeta perdido entre las estrellas, había llegado a tal avance tecnológico que su ciencia podía, mediante instrumentos de última generación, descifrar en pantalla el pensamiento de los hombres.
Bastaba enfocarlos con el espectrofotógrafo de neurotransmisiones para sintonizar las ideas en que pensaban los cerebros y el corazón de sus ciudadanos. Permanentemente eran monitoreadas todas las ocurrencias, sentimientos y alteraciones psíquicas, por más insignificantes que fueran, no era necesario gravar sus voces, bastaba hurgar en su memoria para desplegar toda su historia personal, de este modo nada escapaba al análisis y el minucioso escrutinio de sus más ocultos secretos e intimidades.
Dependiendo de la gravedad del pensamiento de referencia o de la peligrosidad de la idea, era el castigo al sujeto, ya fuera con amonestaciones de diferente grado, multas, cárcel e inclusive la muerte.
“Mucho cuidado con lo que piensas”, rezaban enormes anuncios erigidos y diseminados a todo lo largo y ancho del planeta, lo mismo hacían las estaciones de radio y televisión con sus advertencias, constantemente se prevenía a los ciudadanos del riesgo que corrían aquellos que se atrevieran a desafiar las leyes que prohibían salir del permitido pensar.
Así las cosas, desde la infancia se les adoctrinaba para no cometer dichas infracciones, el espíritu de estas leyes se fundamentaba en el principio que dice: “la acción se gesta en el pensamiento” por lo que toda mala acción se deriva de un pensamiento original, mismo que la sociedad debe suprimir y así  evitar la conducta nociva al estado;  además impedir distracciones en el cumplimiento del deber productivo.
A Martín se le dificultaba concentrarse en su monótona actividad, constantemente era tentado a divagar, pero de inmediato era detectado y el chip colocado en su cuerpo, empezaba a zumbar para centrarlo nuevamente en su tedioso deber.    
Lo habían enviado varias veces al anexo del hospital psiquiátrico Forzus, ahí le practicaron una fisurotomía, le insertaron un dispositivo aún más potente, para hacerlo sentir un dolor intenso en el encéfalo, cada vez que sus autónomos pensamientos irrumpían, desviándole de su tarea.
Por eso huyó a las montañas, escapó a través de veredas, puentes y senderos; se perdió entre esas barracas, dicen que se metió en aquella cueva para pensar lo que le viniera en gana.  No quisiera estar en sus zapatos, por eso yo, solo pienso lo que se me ordena.       

EL TERROR

EL  TERROR

¿Cómo es que alguien puede congratularse con el terrorismo? ¿Cómo es posible que alguien pueda alegrarse de actos tan deleznables como los que frecuentemente ocurren en nuestro tiempo?
¿Qué pensamientos cruzarán por las mentes suicidas de creyentes fundamentalistas, para perpetrar y aplaudir esta clase de acciones contra inocentes?
¿Qué ideas se fraguan en estos patéticos y enfermos cerebros para asesinar niños, ancianos, mujeres y hombres que pasean distraídamente sin ser peligro para nadie?
¿Por qué ocurren estas tragedias? ¿Habrá algo que las justifique?
 Es tan grande el odio que nos tienen,  que están dispuestos a morir en su abominación.
 ¿De dónde proviene esa rabia?  ¿Les molesta nuestra existencia?  ¿Qué se sienten al ejecutar estas masacres indignas de un ser humano?
Es inentendible para la inmensa mayoría de los mortales, provienen de perversidades abyectas que ni siquiera las bestias más primitivas cometen.  ¿Qué semillas de infamia inocularon en sus mentes desviadas, para convertirlos en terroristas y criminales? 
Cualquier doctrina, religión o creencia que fomente y excuse este tipo de actos, no tiene ni explicación ni cabida en la civilización, son ideas cargadas del veneno, de odio, de rencor, de despecho.  Quienes inducen, ordenan, contribuyen o ejecutan actos terroristas de la magnitud que sea, no tienen perdón, ni en el ámbito humano, como tampoco en la religión que profesen, sea cual sea.

Si el papel de las religiones no es la concordia entre los hombres, mejor desaparecerlas.  Por eso no hay mejor ejemplo de confianza, que el ateo.  

AUNQUE USTED NO LO CREA

AUNQUE  USTED  NO  LO CREA

Cuentan que hay un país ubicado entre Norteamérica y América Central, que en pleno siglo XXI, padece de una dictadura feroz, encabezada por una clase política sin escrúpulos, que hace y deshace sin la mínima consideración para los ciudadanos, a los que trata como súbditos, por no decir como ganado.

Dicha nación la habita una casta de hombres indiferentes, apáticos, amorfos y conformistas, y otra casta de hombres cínicos, abusivos, perversos, corruptos y traidores.

La injusticia en este abnegado país llega a extremos inimaginables, donde se cometen toda clase de atropellos sin posibilidad de freno; la política es manejada por funestos sujetos desde las altas jerarquías.  Los tres poderes de la unión los integran grises personajes, que se han enquistado en el poder, como rémoras desde hace años, sus nombres son impronunciables por la moral más simple.

En su Congreso cada uno de los líderes de cada Cámara son una vergüenza,  corruptos y asesinos por decir lo menos y el resto de los legisladores a ningún ciudadano representan, Diputados y Senadores son solo parásitos del sistema, aprueban sin analizar, apoyan ciegos todas las órdenes enviadas por el supremo poder, al cual se doblegan por costumbre.

El poder Judicial es otra pifia, los ministros, los magistrados y los jueces se venden, ahí se pagan favores, se condena y se perdona por consigna, la ley no hace justicia, la ley obedece los intereses de la cúpula económico – política, que a su vez se supedita a las instrucciones del Imperio del Norte.

La voluntad privatizadora llegó desde fuera y se instauró en el territorio, fue planeada hace años y a largo plazo, ahora empiezan a recoger los resultados, entre los escombros en que han convertido a este – antes- cuerno de la abundancia.  Para empezar a desmantelar lo que con mucho esfuerzo habían logrado, pusieron en práctica la corrupción más despiadada e inimaginable, fomentaron la ambición de los líderes sindicales, ineficientaron a grados superlativos sus empresas nacionales, para ser particularizadas por los capitales foráneos y por los socios de los políticos.

Tradicionalmente presidencialista, el régimen político establecido de facto, prefirió controlar a un solo hombre y así modificar estructuras y condiciones legales, para favorecer aún más la acumulación de la riqueza, sabiendo que con la calidad de gente incrustada en la política, no habría ningún problema para adaptar las leyes a su conveniencia y despreciando abiertamente a la ciudadanía, siempre presta al aplauso y a rendir pleitesía a sus autoridades.

Usted no lo creerá pero en ese país, que se dice democrático, el pueblo sale a votar, cada vez que le tocan el cencerro, los candidatos lo llenan de promesas y esperanzas, las elecciones son un día de fiesta, las encuestas desatadas, las apuestas hechas  y los títeres cruzan los dedos para obtener la licencia de impunidad.

Existen tal cantidad de aberraciones sociales que vale la pena regístralas para asombro de los incrédulos, al insulso personaje  que instalaron a la cabeza del ejecutivo, se le encontró in fraganti en una serie de delitos que no pudo soslayar: Tres residencias de lujo obsequiadas por contratistas de su anterior administración, más lo que se acumule, encubrió la galopante corrupción de su padrino y antecesor en el gobierno de su estado, dilapidó millonarias cantidades para enaltecer su imagen, su negro pasado está plagado de sospechas sangrientas y transexuales, sigue protegiendo las enormes colas de individuos de esa calaña, para que no se las pisen.  Su secretario de Hacienda también tiene la suya, viene de la misma escuela del descaro.

Es de no creerse, pero es verdad, ante algunos rumores de ciudadanos, informados por una ilustre periodista, a quien mandó callar, nombró a un secretario para investigar sus propios actos de corrupción (!)  Removió al Procurador General de la República, lo puso en la Reforma Territorial para despojar a los pueblos indígenas y ceder las áreas a las empresas trasnacionales, en su lugar colocó a una dama vinculada estrechamente con la Televisora más influyente de ese desdichado País y no contento con ello, la proyectará como la Fiscal Omnímoda para muchos años, de acuerdo a las reformas que también concretó.

Para cubrirse de todas las tropelías hechas, propuso y prácticamente nombró como Magistrado de la Suprema Corte de Justicia por 15 años, a un sórdido  abogado que trajo de su embajada en el país del Norte, un sujeto mafioso y truculento, complicado en varios hechos de sangre, protector de ladrones y corruptos, que han empañado todavía más la vida de esta sufrida gente. Pareciera que es una ficción extraída de algún pueblo bizarro, de la imaginación de Edgard Allan Poe o de alguna tragedia de Esquilo, pero tristemente sucede, no lejos de aquí.

Para colmo, este año van a elecciones ¡Se lo merecen! Por indolentes. 


ARRASTRANDO LA COBIJA

ARRASTRANDO  LA  COBIJA

Le ganaban las circunstancias por las que creía atravesar, inventaba fantasmas,  huía de perseguidores imaginarios;  según él,  sus acérrimos enemigos se confabulaban  en una misma conspiración para destruirlo.

Veía moros con tranchete en cada esquina, estaba en la mira de sicarios, asesinarlo era la meta de los pistoleros, robarlo la ambición de los ladrones, boicotearlo el deseo de los comerciantes, criticarlo la consigna de los periodistas, denostarlo la instrucción de los medios.

Hundirlo el afán de los marinos, inhumarlo el fin de las funerarias, descuartizarlo la orden de los hospitales, asfixiarlo la consigna de los enfermeros, ridiculizarlo la risa de los payasos, era el blanco de los arqueros, el terreno fértil de las enfermedades y el caldo de cultivo para las epidemias.

Perdía todos los concursos, reconocía abiertamente que le iba muy mal, no dejaba por ningún motivo de arrastrar su cobija.  No se despegaba de ella ni en los veranos más calientes, salía polvo de las gastadas y deshilachadas orillas arrastradas por los suelos, cuando le dijimos que ya le parara.

Nos aventó esta maldita cobija y ahora somos nosotros quienes la andamos arrastrando por la vida.


ANDABA DE SOBRA

ANDABA DE SOBRA

Así se preguntaba: ¿A quiénes haces falta? y se respondía: - A nadie, creo que estoy de sobra, nadie extraña mi presencia, tampoco mi ausencia cuando falte, excepto mis acreedores, que verán un violín pintado en mi partida.

-Estuve en el ajo, me creí indispensable para salvar el mundo del tedio, me les di en el teatro, me les entregué en el cine; les brindé sonrisas, maromas y brincos; solo recibí rechiflas.  Llegué iracundo al camerino secreto para darme un aplauso- Así se decía-.

-Me creí importante, -me confesó,-  y con talento, pero cuando me vi en el espejo de la juventud tardía, descubrí el recinto vacío.  ¿Dónde están aquellos que me señalaban, esos que me apuntaban con índice acusador o con miradas de admiración?   ¿Dónde quedaron esas risas contagiosas que plagaban todo de alegría cuando me encontraban? ¿Dónde las faldas que se meneaban frenéticas, cuando me acercaba?  

-Aquellos clamores que exigían mi permanencia, ahora yacen sepultos en las entrañas del olvido; esos brazos abiertos como molino de viento girando para recibirme cuando acercar  me veían, se han volteado, me han arrinconado en el sótano del abandono.

-También por eso huyo – continuó – ¡me voy, me retiro, me regreso a la caverna de la que nunca debí haber salido! 

Luego se fue por la ladera de aquella montaña y se perdió entre la neblina.  

  

¿A EZEQUIEL QUÉ FUTURO LE ESPERA?

¿A  EZEQUIEL QUÉ FUTURO LE ESPERA?

Aquel anciano lloriqueaba encorvado dando vueltas en el patio de la vieja casona, se enjugaba las lágrimas con el mismo paliacate con que se sonaba la enorme nariz que le escurría entre los apagados ojos, casi ciegos de tanto hurgar por los cuatro puntos cardinales.
-¿Qué va ser de mí, mañana?  ¿Qué futuro me espera? Balbuceaba en la víspera de su ochenta aniversario, entre silenciosos pucheros y sollozos; estaba verdaderamente preocupado de su porvenir, nada le interesaban sus hijos ni sus esposas y menos sus nietos; solo le importaba su futuro, al que veía lleno de sombras e incertidumbre.
Lloraba como una Magdalena, pero sus berridos ya no se oían de lejos, le faltaba el aliento, la fuerza, la energía para hacerse escuchar en la zona.
-¿Qué irá ser de mí, después?- Gemía, -¿A dónde iré a parar si sigo así? – Parecía decirse en secreto por las noches, cuando castigado por la desesperación del insomnio, se ocultaba entre las cobijas de su lecho. 
-¿Por qué tienes tanto miedo Ezequiel?- Escuchaba voces salidas de la sombra, le susurraban al oído, déjate ir, no te aferres; buscaba angustiado de ¿dónde salían esas palabras, del ropero, del espejo, de los cajones?
-¿Te quedas con pendientes? ¿Quieres confesarte? ¿Quieres despotricar? ¿Quieres perdones?- ¿Ezequiel?
-¡No!- Respondía categórico y encolerizado, tosiendo lastimosamente, tambaleándose y temblando de rabia - lo único que quiero es que me paguen lo que me deben, - gritaba con esporádicos alaridos llenos de angustia-  lo que me robaron, me estafaron, quiero que me restituyan lo que me hurtaron – lloraba-
-¿Para qué?- le pregunté y me contestó: - Es que quiero iniciar un negocio, un sueño que he acariciado toda mi vida y al que tengo derecho, por eso lloro, por eso mi duelo, por eso me arranco mechones, mire – y se le llenaban de lágrimas los ojos –  quiero darme la gran vida - trastabillando se detenía en el muro de aquel patio de esta vieja casona, donde mi curiosidad quise saciar al oír aquellos lamentos de purgatorio -.       

-Si no me cubren lo que me adeudan ¿Qué será de mí? Y volvía a desatarse en lágrimas, pucheros, lloriqueos, quejumbres y espasmos; luego fueron estertores y al fin se apagó como la flama de una vela que se extingue cuando la cera se ha consumido.