jueves, 25 de septiembre de 2014

EL ENFERMO



EL  ENFERMO

Solo un enfermo mental puede buscar su incomodidad, nadie en su sano juicio persigue el sufrimiento ¿Quién desea dolor?- ¡No!- le decían, eso es imposible, ni el más recalcitrante de los estoicos quiere dolor.

-Entonces, dígame doctor ¿Por qué se saca las uñas, por qué se entierra alfileres en los ojos, por qué se encaja navajas en las piernas, por qué se acuesta entre vidrios y piedras, por qué come lombrices y cucarachas, por qué se hace daño con un cincel?  

-Quizá sea masoquista e intenta purgar alguna culpa, no es lógico que en vez de salir a caminar, lo haga arrastrándose como un reptil, no es entendible que le guste revolcarse en el lodo con los cerdos, tampoco es comprensible que se golpee el cráneo con el primer martillo que encuentra.   

-No duerme, no se asea, bebe orines y aguas negras, se alimenta con  excrecencias, se embadurna inmundicias, olfatea con repugnancia fétidos humores, se arranca mechones, lame asquerosidades ¿Qué le pasa doctor?

-Ayúdeme usted, dele algo que lo calme, qué caso tiene que cada rato se corte las venas, convénzalo para deje de mortificarse.

-Tal vez quiera suicidarse, quizá no haya sido muy afortunado y quiera morir.

-No doctor, le encanta estar adolorido, le fascina llorar, dar lástima, pena y congoja; por las noches no para de lamentarse, durante el día sus quejas son penitencia para todos, en las tardes se dobla dando sordos alaridos  y vuelve a introducirse esas jeringas infectadas entre los pellejos.

-Hemos ensayado con píldoras, pastillas, cápsulas, tónicos, pomadas, cataplasmas, masajes, brebajes herbolarios, vendas, cubetazos, lazos y hasta cojinazos.      

-Los ojos se le saltaron doctor, la lengua se le partió en dos, los dientes se le cayeron, la saliva se le secó, las flemas lo atragantan, el moco lo ahoga, las lágrimas le brillan, la mugre se le amontona, hiede a rayos ¿Qué le hacemos doctor?

-Mírelo cómo está, encogido, calvo, tembloroso, pálido, enjuto, ojeroso, triste, fúrico, con fuertes calambres y para acabarla, entumido.
-Aquí le traigo los resultados de estudios y de radiografías a los que este pobre infeliz ha sido sometido.

-Quizá, le repito, se está aplicando los castigos que cree merecer para pagar sus culpas, lo indicado es descuartizarlo, yendo por partes.

- Lo más sencillo es practicarle de una vez la autopsia, ¿no cree doctor?

-¡Pero en vivo!- Gritó el enfermo.    

 

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