martes, 26 de noviembre de 2019

HIGS

Higs

Sí, me lo habían explicado varias veces y de muchas formas, empleando la lógica, utilizando fórmulas matemáticas, empleando complejos sistemas de observación y análisis, usando sofisticados cálculos vectoriales; todas las constantes universales desenterradas, la síntesis del comportamiento de la energía y la materia, las chispas magnéticas, las fuerzas nucleares.
Me enseñaron como son las células, detectamos mitocondrias, llegamos a las moléculas, quedamos perplejos ante su poder, descubrimos el átomo, los elementos químicos y su infinita capacidad.
Sentimos la presencia de los protones, vimos la huella del fotón, nos acercamos a los quarqs y logramos encontrar a Dios en una partícula.
 Ahí estaba todo, finalmente el secreto revelado, la respuesta a todas las preguntas!

-No!- Para mí, ese Dios nada significa, no me interesa el Dios científico y exacto; yo prefiero el mío, al que le rezo, el que me consuela, con quien platico, al que le pido, el que siempre está pendiente de mí, el que me cuida y me aconseja, el que me duerme y me despierta, el que me trajo, el que me mantiene con vida y el que me llevará a él, cuando muera. 

INSPIRA

Se me atraviesan pensamientos, me tropiezo con ideas, les encuentro, escapan, se van aleteando hacia la lejanía. Luego sorpresivamente aparecen otras nuevas que intento atrapar y verterlas en mi inventario, pero son fugaces, huyen al menor intento de retenerlas para disfrutarlas como un caramelo.
Se asustan, creen que las quiero enjaular, son pasajeras, vuelan a su paso, ahí están sostenidas por el viento, a veces se refugian en el cerebro y se dejan procesar por la memoria.
Colgadas del firmamento, pavoneándose, allá van meciéndose entre las nubes; pero para que no queden sepultadas en el olvido, las intento inmovilizar en el papel, en los recuerdos que sintonizan parvadas de ideas que cruzan revoloteando en bosques y terrazas.
Luego descienden, luego se elevan hasta perderse arriba en lontananza, palabras mezcladas que nada dicen y sin embargo expresan belleza, son pensamientos enlazados que dibujan figuras enigmáticas, fuera de los patrones ordinarios de la congruencia.
En la poesía no hay nada absurdo, tampoco razones, ni sucesión de hechos, ni rígidas reglas, la poesía envuelve las ideas en regalos para el alma que divaga en medio de la espera.

Aparece la revelación, llega, irrumpe en la escena, viene sola, espontánea, se enciende, ilumina todo, es una cascada de luz que vierte su contenido; es solo apenas un instante, momento supremo que eleva a la cúspide.
Pero transcurre, pasa, se acaba, se pierde, la quieres detener, la recuerdas, la gravas, la filmas, la quieres capturar, eternizar.
Te quedas desolado, la perdiste; pero mira, aquí llega otra idea, es profunda, destella; todo se vuelve a iluminar, las flores casi se derriten de color, el tiempo se detuvo pero las mariposas siguen con su aleteo entre pétalos y estambres.  No la quieras detener, es tuya ahora, tú estás ahí, déjala ir sin dolor ni añoranza ni despedida.
Roto el hábito de la reflexión fluye el ser sin filtro, no surgen ni dudas ni preguntas, no hay distancias que separen, eres la escena misma, estás reintegrado, te has devuelto al mágico paraíso de la realidad.
  



jueves, 14 de noviembre de 2019

VIVO ENTRE MUERTOS


VIVO ENTRE MUERTOS 

Vivo entre muertos, todos están callados, no hablan, no dicen nada, parecen idos; además son ciegos, no pueden ver, tienen la vista apagada, no roncan a pesar de dormir; no respiran, no resuellan, dejaron de bostezar para siempre; no gimen, no sollozan, no lloran ni se lamentan; permanecen quietos, no se mueven, nada piensan, nada imaginan, están fallecidos.
No sé qué decirles, cómo tratarlos, ojalá no se sientan si pienso en ellos, tal vez hasta se ofendan si me les quedo viendo; por eso, mejor disimulo y actúo como si no existieran.
Siguen tiesos, es que no oyen ni adivinan nada, están como ausentes, se vuelven muy serios, les falta la vida, esa chispa divina, el misterio más sorprendente incluyendo a la muerte; nada les duele, están helados, se enfriaron sin la vida, la energía se agotó, no quedó nada.
Se les disipó la energía, ellos solo son los restos, una estructura mágica que produjo vida; tal como me disiparé el día de mañana o de ¿x? Por ahora no los entiendo, ahí petrificados, a punto de desintegrarse; por eso me voy a vivir estos últimos días entre los vivos, aunque tampoco los entienda.