LA RAZÓN
La razón cayó sobre mí no sé hace cuánto, la empecé a usar y desde entonces no
me deja, siempre salta ante cualquier sospecha de contradicción, me acecha en
todo momento, me espía, me vigila por si infrinjo alguno de sus axiomas.
Está ahí pendiente de cualquier resbalón que cometa, no
acepta excusas ni enmiendas, es exageradamente estricta, cualquier desviación
de inmediato es castigada, me señala errores, me acusa de falta de rigor en mis
elucubraciones, no acepta la mínima paradoja, me considera esclavo de su
tiranía.
Estoy preso entre sus rectas paredes, soy reo de los
barrotes de sus celdas, no me permite salir de esta cárcel donde me tiene
secuestrado.
Mi libertad es coartada por su rigidez silogística, cuando
apenas rasco las orillas de la fantasía, estira la cuerda de donde me tiene
sujeto, su dictadura marca la ruta por la que debo transitar, no me deja ningún
margen de maniobra.
Mi albedrío es como una afrenta para la razón, mi libertad
no puede darse ese lujo, me tiene sometido a la lógica, sin poder siquiera
voltear a ver la inmensidad de lo absurdo, me prohíbe lo imposible, me niega lo
improbable, me condena a jamás escapar de sus grilletes y cadenas.
A veces pienso que la razón es un monstruo maléfico escondido en piel de
oveja, pero gruñe y ruge autoritaria; cuando en su descuido me distraigo y
exploro extasiado otros mundos donde ella no impera, me manda llamar para
ajustar cuentas.
En los sueños le engaño, rompo con la razón, vago y divago
entre serpientes y escaleras que llevan a mundos insólitos, a rincones
inexistentes, a paisajes extraños donde se mezclan las rarezas con las
incompatibilidades y con las incongruencias, donde nada tiene ni necesita explicación.
La evado, soslayado entre la opacidad me deslizo, disparo
pensamientos espontáneos que no pasan por el tamiz de la cordura, ahí me solazo
dibujando ideas inverosímiles, descuartizando esencias, desconectando sistemas,
apostando intuiciones, desgravando principios, rechazando leyes, desvirtuando
reglas.
La razón sigue ahí, siempre correctiva, juiciosa,
preventiva; como un fondo de referencia para reprobar todo aquello que se aleje
de su dominio; a veces corro con suerte y huyo a través múltiples vericuetos que
se me ofrecen en el camino.