lunes, 27 de abril de 2020

LA CONTINGENCIA


LA CONTINGENCIA

Desbocada en loca carrera hacia el abismo se desplaza una carreta, el acantilado abiertas sus fauces, promete tragarse al mundo entero; de pronto se detiene en seco la carreta, un alto inesperado salva por ahora a los pasajeros que, sorprendidos se miran atónitos.
Bajan los disciplinados tripulantes al pedregoso terreno donde inspeccionan lo ocurrido, todavía faltan algunas leguas del recorrido para llegar al inminente y fatal desenlace, mismo que algunos pasajeros ya presienten.
¿Qué sucede? – exclaman los pasajeros, que se ven obligados a suspender unos su sueño, otros su pesadilla; una avería impide al carruaje continuar su frenética travesía.
¿Vamos bien? – Se preguntan algunos - ¿Este es el rumbo correcto?- se cuestionan otros; al sacar los catalejos y subir a las cumbres de los cerros aledaños, descubren que la ruta que seguían con frenesí, les lleva directamente al precipicio.
¡Nadie puede quedarse abajo! ordena la costumbre, todos a bordo; una vez que pase la contingencia, volveremos a emprender la marcha con igual vehemencia hacia el abismo.  

TIMIDEZ


TIMIDEZ

En el momento en que  entró en escena se bloqueó, era como si se le cerrara la puerta de la biblioteca donde guardaba la memoria, quedó trabado, se borraba hasta el olvido, se sentía como suspendido en una nube del limbo, de la nada.
Subido en la palestra, observaba aquel público, ávido de sus palabras, sediento de sus enseñanzas, hambriento de sus explicaciones, deseoso de conocer sus pensamientos; el tiempo se alongaba, lo retrasaba con su lenta cadencia en un eterno paréntesis que hubiera preferido petrificar y en el que esperaba que un rayo lo partiera, iluminado de todos los colores, llegó donde los micrófonos,  que como dos tiranos, lo aguardaban en aquel vértice de locución.
Se sintió abandonado de sí mismo, traicionado desde el fondo de sus adentros, la llave del archivero perdida, la cerradura sellaba con hermetismo la entrada a esa bodega mental, donde almacenaba sus argumentos, sus hipótesis, sus conocimientos; le parecía inútil, a estas alturas, sonar la alarma para despertar al guardián que cuidaba el acceso, una sombra de incertidumbre se cernió sobre la sala, su solitaria figura parecía desvanecerse.
Tomo aire, abrió la boca, carraspeó la garganta enfilándose hacia el abismo del grito de auxilio a las musas y en el más elevado disimulo hallar el tono que abriera la anhelada conferencia, pero las ideas no llegaban, estaban detenidas, como confiscadas, abortadas por una extraña orden dictada desde las cavernas de su inconsciente, un castigo imperdonable, inoportuno en el momento menos propicio, pero no perdía la fe en que de un momento a otro, se rasgara aunque fuese una hendidura de la cual emanara un reflejo de aquel cúmulo de memoria y lucidez.
-¿Qué hacer?-Se preguntaba, cómo respaldar ese prestigio de orador que le habían enjaretado en el medio intelectual y académico; mientras, él continuaba mudo, paralizado frente al auditorio, paseando aterrado sobre la multitud su mirada, el pánico escénico le tenía engarrotado, solo la potencia de la fuerza del coraje pudo ayudarlo, así decidió armarse de valor para enfrentar a la concurrencia con una estruendosa carcajada, que todos aplaudieron.


sábado, 18 de abril de 2020

WORLD WIDE WEB.



WORLD WIDE WEB.

No me puedo fugar de su magnetismo, ni escapar de sus redes, quisiera ahuyentarme con solo apagarla, más me perseguiría a donde quiera que fuere, sé que me espera atenta, si no aquí, será allá en la tienda, en el cajero, no me suelta ni yo a ella, me hice dependiente, en cierta forma me tiene capturado, preso en los barrotes de la tecnología, sabe más de mí que mi madre y ahí está, dispuesta a abrirse y dejar al intruso penetrar y recorrer sus vertientes, sus escondites, su magia, sus deleites, sus consejos, sus conocimientos.
Si no fuera por ella, otro sería mi mundo, ella llena los vacíos, es sabia, maestra, interesante;  pero es muy exigente, muy demandante y celosa; no le gusta que me distraiga con libros, con gente, con actividades en las que no esté ella de por medio; es posesiva, me tiene atado, ligado, amarrado, sometido.
Creí que era yo su dueño, pero me engañaba, ella se apoderó de mí. Me di cuenta que había perdido no solo la batalla sino la guerra, me habían derrotado sin siquiera conocer a mi enemigo. No había cobrado consciencia del dominio que ella  ejercía en mí, poco a poco, vino creciendo mi adicción, ya entonces controlaba mi agenda, mi horario, dictaba mis deberes, decidía que iba a hacer, yo cumplía sin chistar, me convirtió en su esclavo, un criado fiel bajo su sombra y a su servicio, me volví un adepto a su amo.
Todo el tiempo interviene con mi anuencia en mi intimidad, le endosé mi voluntad con los ojos cerrados, dada la confianza que da la fe ciega, firmé un cheque en blanco al portador. Le había confesado todos mis secretos sin reserva: mis gustos, preferencias, debilidades, tendencias, fortalezas, recuerdos, pensamientos, vicios, temores, desviaciones, aciertos, errores, locuras; todo lo tiene ella a la mano, al portador, mis actas, mis credenciales, mi identidad, yo mismo repetido infinitas veces.
¿Había vendido mi alma al diablo? No lo sé, fui sincero, vertí en su biblioteca hasta lo que ya olvidé, ahí quedó mi historia, mis penas y fatigas, mi amores y mis decepciones, mis argumentos, mis defensas, la huella de mi paso por este mundo.  

viernes, 10 de abril de 2020

EL AMBULANTE


  EL AMBULANTE 


Superación personal era la consigna que se respiraba en aquel ambiente, tienes que ganar, no te queda otra más que el triunfar, jamás debes perder, ser el primero, esforzarte siempre, alcanzar sin tregua las metas, campeón en todos los torneos, tu vida marcada por el éxito, deberás ser más, nadie se atreverá a desafiarte ni será capaz de vencerte, les aplastarías de un soplo, estarás en tu trono, serás la envidia y el deseo de todos.
Te admiran, querrán conocerte, te imitan; pero tú estás en la cima, en la cumbre de la pirámide que ellos escalan, los dejaste muy abajo y ellos como Sísifo, se desbarrancan subiendo con sus penas.
Querrán disputarte el poder, pero inútilmente, porque cuentas con el recurso de despertar y lo haces de frío, de hambre, de dolor y te das cuenta que estás solo, tirado en un charco que no sabes si es de sangre o de lodo, la lluvia te moja y te levantas, pero no tienes a dónde ir, eres un caso perdido y lloras, eres el mediocre de siempre, el derrotado, el perdedor, el ambulante.  

miércoles, 8 de abril de 2020

DOS CARAS


DOS CARAS

Es más peligroso el enemigo cobarde, el camuflageado, aquel que se cubre con la máscara de la bondad, pero que lleva el puñal oculto para asestarlo cuando menos esperas, ese que te adula con loables verbos, ese que te halaga con frases que te seducen a confiar en su “sinceridad”.
Ese que te sonríe con hipócrita rostro de complacencia, ese que con una mano te da y en la otra guarda el veneno para luego; desconfía de aquel que con facilidad te abraza con el cuerpo, pero te maldice con el alma en silencio, ese que dice servirte y quererte con insistencia y dulces palabras, pero en el fondo te tiende la trampa, no te fíes de su boca lisonjera, apártate de sus falsas caricias, aléjate de sus consejos, desconfía de sus caravanas, no tomes en cuenta sus alabanzas.
Duda de ese que te dice verdades mezcladas de mentiras, te da un postre envenenado, te presenta cosas bellas adornadas con flores, nobles sílabas pronuncian sus labios, pero detrás soslaya su odio, su envidia y su desprecio por ti, jamás destapara ni su vileza ni su ruindad, su lengua es una estafa.
Preferible un enemigo abierto, directo, declarado; que una alimaña de esos que tienen dos caras.