viernes, 20 de diciembre de 2019

LA JAULA


LA  JAULA

De pronto explotaba como dinamita, su furia se expandía por todos los rincones, su violencia ilimitada se dejaba sentir en toda la región, aquella comarca no dormía tranquila mientras ese monstruo no aplacara su rabia, borbollonees espumosos escurrían de sus quijadas, emitiendo rugidos desastrosos que permeaban los más inocentes tímpanos de aquellos lares.
De ese ser incontenible, insoportable; surgía de pronto una especie de ángel, se transformaba en el mejor de los hombres: fiel, amoroso cordial, justo sabio, comprensivo, perfecto, ejemplar.
se transformaba en el más dócil cordero, el más tímido de los ratones, el más inseguro de los mortales, así se burlaban de su mansedumbre, lo empujaban, lo despreciaban, se burlaban de su torpeza, esta vez se había vuelto demasiado frágil y empezó a sacudirse tantos abusos, tenía que darse a respetar.
Nadie lo podía imaginar iracundo y blasfemando, azotando maldiciendo, pataleando como un verdadero energúmeno; pero ya se le había acabado la fuerza a aquel ímpetu indómito, sus reservas se agotaban, se apagaba poco a poco, en los últimos estertores intentaba renacer su furia, pero ya nadie le oía, sus afónicos berridos a nadie importaban.
Ahora está durmiendo la mona en esa vieja jaula.

LOCURA


LOCURA

La realidad es un insomnio que se prolonga durante el día, afortunadamente en las noches se suspende para dar paso a los sueños, ahí despierto a esa no vida, que más parece muerte o que está tan cerca de ella como el vaho de la boca.
No me olvido de las cicatrices que me implantó el cruel destino que me heredó la historia, pero mi trineo era recio al cruzar por el viejo cementerio donde me secuestró el terror.
Recuerdo que la muerte no me daba miedo, pero si tristeza de perder la vida que tanto me enseñó; hoy, ya viejo algunas voces retumban en la caverna en la que pasé mi solitaria luna de miel, ahí donde me hice amigo de una mujer cobra, me dijo que había sido encantada, que era víctima de un hechizo milenario, así había transcurrido su muerte en medio de leyendas que cantaban gnomos y brujas.
No le creí ni la mitad de lo que me dijo, estábamos perdidos en el terreno de la locura, nuevos dolores me amenazaban con puntiagudas lanzas, los fantasmas del pasado me perseguían y mil espadas pendían sobre mi cabeza,
Unos dioses mitológicos observaban desde lo alto del olimpo mis peripecias de cordura floja, ahí permanecía encadenado el minotauro, mientras yo me extraviaba en su laberinto, cíclopes y unicornios bailaban en la arena.
Los observaba en silencio desde las puertas abiertas de Siracusa, ahí esperaba una multitud a la Reina de Jaba que, montando un mamut, se aproximaba entre trompetas y tambores anunciando su boda salomónica.
De ahí me internaron en este manicomio, desde entonces duermo y no prefiero despertar de mi locura.  

martes, 26 de noviembre de 2019

HIGS

Higs

Sí, me lo habían explicado varias veces y de muchas formas, empleando la lógica, utilizando fórmulas matemáticas, empleando complejos sistemas de observación y análisis, usando sofisticados cálculos vectoriales; todas las constantes universales desenterradas, la síntesis del comportamiento de la energía y la materia, las chispas magnéticas, las fuerzas nucleares.
Me enseñaron como son las células, detectamos mitocondrias, llegamos a las moléculas, quedamos perplejos ante su poder, descubrimos el átomo, los elementos químicos y su infinita capacidad.
Sentimos la presencia de los protones, vimos la huella del fotón, nos acercamos a los quarqs y logramos encontrar a Dios en una partícula.
 Ahí estaba todo, finalmente el secreto revelado, la respuesta a todas las preguntas!

-No!- Para mí, ese Dios nada significa, no me interesa el Dios científico y exacto; yo prefiero el mío, al que le rezo, el que me consuela, con quien platico, al que le pido, el que siempre está pendiente de mí, el que me cuida y me aconseja, el que me duerme y me despierta, el que me trajo, el que me mantiene con vida y el que me llevará a él, cuando muera. 

INSPIRA

Se me atraviesan pensamientos, me tropiezo con ideas, les encuentro, escapan, se van aleteando hacia la lejanía. Luego sorpresivamente aparecen otras nuevas que intento atrapar y verterlas en mi inventario, pero son fugaces, huyen al menor intento de retenerlas para disfrutarlas como un caramelo.
Se asustan, creen que las quiero enjaular, son pasajeras, vuelan a su paso, ahí están sostenidas por el viento, a veces se refugian en el cerebro y se dejan procesar por la memoria.
Colgadas del firmamento, pavoneándose, allá van meciéndose entre las nubes; pero para que no queden sepultadas en el olvido, las intento inmovilizar en el papel, en los recuerdos que sintonizan parvadas de ideas que cruzan revoloteando en bosques y terrazas.
Luego descienden, luego se elevan hasta perderse arriba en lontananza, palabras mezcladas que nada dicen y sin embargo expresan belleza, son pensamientos enlazados que dibujan figuras enigmáticas, fuera de los patrones ordinarios de la congruencia.
En la poesía no hay nada absurdo, tampoco razones, ni sucesión de hechos, ni rígidas reglas, la poesía envuelve las ideas en regalos para el alma que divaga en medio de la espera.

Aparece la revelación, llega, irrumpe en la escena, viene sola, espontánea, se enciende, ilumina todo, es una cascada de luz que vierte su contenido; es solo apenas un instante, momento supremo que eleva a la cúspide.
Pero transcurre, pasa, se acaba, se pierde, la quieres detener, la recuerdas, la gravas, la filmas, la quieres capturar, eternizar.
Te quedas desolado, la perdiste; pero mira, aquí llega otra idea, es profunda, destella; todo se vuelve a iluminar, las flores casi se derriten de color, el tiempo se detuvo pero las mariposas siguen con su aleteo entre pétalos y estambres.  No la quieras detener, es tuya ahora, tú estás ahí, déjala ir sin dolor ni añoranza ni despedida.
Roto el hábito de la reflexión fluye el ser sin filtro, no surgen ni dudas ni preguntas, no hay distancias que separen, eres la escena misma, estás reintegrado, te has devuelto al mágico paraíso de la realidad.
  



jueves, 14 de noviembre de 2019

VIVO ENTRE MUERTOS


VIVO ENTRE MUERTOS 

Vivo entre muertos, todos están callados, no hablan, no dicen nada, parecen idos; además son ciegos, no pueden ver, tienen la vista apagada, no roncan a pesar de dormir; no respiran, no resuellan, dejaron de bostezar para siempre; no gimen, no sollozan, no lloran ni se lamentan; permanecen quietos, no se mueven, nada piensan, nada imaginan, están fallecidos.
No sé qué decirles, cómo tratarlos, ojalá no se sientan si pienso en ellos, tal vez hasta se ofendan si me les quedo viendo; por eso, mejor disimulo y actúo como si no existieran.
Siguen tiesos, es que no oyen ni adivinan nada, están como ausentes, se vuelven muy serios, les falta la vida, esa chispa divina, el misterio más sorprendente incluyendo a la muerte; nada les duele, están helados, se enfriaron sin la vida, la energía se agotó, no quedó nada.
Se les disipó la energía, ellos solo son los restos, una estructura mágica que produjo vida; tal como me disiparé el día de mañana o de ¿x? Por ahora no los entiendo, ahí petrificados, a punto de desintegrarse; por eso me voy a vivir estos últimos días entre los vivos, aunque tampoco los entienda.                                                                                                                     

jueves, 17 de octubre de 2019

MI CUERPO (Monólogo)


MI CUERPO  (Monólogo)

Pobrecito de mi cuerpo, cree que es inmortal, siempre busca complacerse, pero evita a toda costa herirse, se cuida de no caer; inocente no le gusta lastimarse, ni siquiera un raspón.
Le gusta tirarse y descansar, le encanta ir al campo y respirar profundamente el aroma de las plantas, le gusta el sonido del viento cruzando las ramas.
Es iluso, actúa como si nunca fuera a morir, él quiere ser eterno, siempre quiere más.
No le gusta una sola posición, le gusta estar cambiando, me alborota cuando veo una mujer, una hembra que cruce por mi camino, entonces se detiene y algo se le dispara en el interior: el deseo, esa vehemencia magnética que une a los sexos, una magia exquisita con tintes ninfómanos, un lazo erótico lo deja cimbrando, le fascina afrodita, la diosa del amor, le ganan los instintos.
Pero ¡cuidado! Ya cojea, se ha vuelto un poco rígido en sus andares, ve borroso, todo se le olvida, tiene cicatrices que duelen, era invencible, ya no, se cansa, se queda dormido, se pierde en las noches de luna, se va al cementerio, se sienta en un sepulcro, se resiste a bajar, no lo acepta.
Pobrecito, él cree que es eterno, ¿cómo le explico?, yo mejor no le digo nada.

viernes, 20 de septiembre de 2019

EDÉN


EDÉN

Conozco un lugar donde nada es imposible, está regado con agua bendita de la fuente de la vida, todo lo que ahí existe es tuyo, exorbitantes parajes plenos de verdor invitan a retozar entre gardenias, rosas y azucenas, todo alrededor despide aroma de corolas, pistilos y estambres de múltiples colores, una especial frescura se esparce de los pétalos que alfombran la hierba.
Ven conmigo, ahí tejeremos un nido que nos habrá de abrazar de rubor en las noches de luna.
Conozco un lugar en el que corren los arroyos sobre  pedernales diamantinos de caprichosas formas, donde las aguas caen en cataratas y nudos de espuma pegan entre los lirios y los helechos.
Ahí abundan los duendes y las hadas, puedes encontrar unicornios pastando en la pradera,  quetzales cantando entre las ramas y el rumor de los grillos secreteando a la noche.     

LAS SOMBRAS DEL INCONSCIENTE


LAS SOMBRAS DEL INCONSCIENTE

¿Quién está más allá, en el fondo de las profundidades de lo ignoto? ¿Qué es lo que dormita en los sueños de la prehistoria de los hombres?
Ahí estaban ya las penumbras antes que el sol naciera, el frío antes que hielo, la blancura primero que la nieve y que la leche.
¡Oh! ruidos del amanecer que despiertan cada día con su cántico silvestre de amor, dulce y cariñoso aroma del azar en flor que penetra por la ventana como una delicia envuelta de misterio.
¿Qué habrá penetrado esta realidad que la convierte en duda?
¿Por qué de la oscuridad brota tanta luz? ¿Qué tienen esas hierbas para embelesar los sentidos?
Ahí están agazapados, cautos, como para sorprender con sus maravillas las caprichosas divinidades, esos entes fulgurantes que palpitan desde lo  imposible, esos símbolos eternos que no obedecen leyes ni acatan reglas lógicas, que se rebelan contra la razón, que se soslayan en el milagro permanente de la muerte.
Vasos comunicantes que enlazan los huecos vacíos de la nada y no obstante ahí tejen seres extraordinarios los misterios del futuro que no termina nunca de llegar.     

¿UTOPÍA?


¿UTOPÍA?
Sí, efectivamente, hubiera preferido que Dios se manifestara de modo permanente; hubiese sido muy cómodo, mi juicio estuviera supeditado directamente a su mandato, no podría ni tendría caso deliberar por cuenta propia, sería como un autómata actuando acorde a un programa establecido en un código del que, no tendría la menor posibilidad de escapar.
No sería responsable ni de mis actos, ni de mis decisiones; no tendría ni culpas ni faltas ni pecados, tampoco méritos; sería una vida insípida, me dedicaría a obedecer ciegamente las órdenes de la Deidad,  jamás ninguna duda alcanzaría mi pensamiento, mi criterio estaría apagado.
Me podría consagrar íntegra y exclusivamente a estar adulando y alabando al creador, reaccionaría conforme a sus deseos como amo y señor del universo, no saldría de estar bendiciendo las intenciones del santísimo.  No habría ninguna imagen de la divinidad, puesto que su presencia descendería a este plano para corregir y dar instrucciones precisas de mi proceder.
Viviría sin preguntas, todas las respuestas estuviesen reveladas en el acto, tendría la certeza de cumplir estrictamente la voluntad de Dios, no podría desviarme un ápice de la letra, ni arriesgar nunca nada, jamás se habría despertado mi consciencia, ¿para qué?....ningún caso tendría mi parecer, saldría sobrando.
Carecería de libertad, sería como un niño dependiente a merced de la autoridad de un padre celestial, la irrupción continua del creador en la vida, sería determinante en todos los actos de mi existencia.
Jamás vacilaría frente a los enigmas del destino, mi voluntad estaría castrada, sería como una piedra rodante del camino.

LA VERDAD


LA VERDAD
Siempre vivió en el engaño, le mintió la Iglesia, el papa, el cardenal y el cura; le mintió el gobierno, la historia y la gente; a ésta la disculpó, pues también sobrevivía embaucada.
La mentira se desprendía desde los orígenes, desde el génesis, todo era una falacia, quienes la habían inventado ya habían desaparecido entre el polvo de los siglos.
Detrás de las ruinas de la civilización, no había más que escombros purulentos, cargados de vestigios sangrados y huellas de guerra.
¿De qué había servido el lenguaje, si todo lo que transmitía era falso, las religiones se encargaban de distorsionar los hechos, ocultaban oscuros secretos que se perdían en los sótanos de conventos y abadías, en catedrales y templos; los latrocinios se propagaban escondidos entre traiciones y puñales, las riquezas se heredaban prostituidas por el poder y la avaricia.
Mientras más escarbaba en los cimientos de las tradiciones, hallaba más mentira, era mejor el silencio a que las palabras hablaran aberraciones.
Una tras otra se escondían las realidades, la verdad se llenó de vacío, la certeza fue una costumbre olvidada, ya nadie creía nada. Mientras más intentaba desentrañar la verdad, ésta se alejaba riendo a carcajadas.

martes, 20 de agosto de 2019

PRIMIGENIO


PRIMIGENIO
Antes de empezar el tiempo, el que me consta y conozco; el éxtasis contemplativo absoluto, era lo único que había, el pasmo esencial, del que súbitamente fui traído al cerco de las dimensiones materiales, donde ahora me presento largo, ancho y grueso.
Soy el misterio mismo de la vida. Guardo en mis cromosomas los sublimes secretos que hacen el misterio del ser del universo. Por mi recorren millones de años luz de existencia fantasmagórica.
La vida se da, sale sola; de las entrañas de la Diosa. La muerte viene, se quita, aparece y nos lleva a donde nunca jamás.
Añoraremos, sí; extrañaremos la sensación superlativa de existir en vida.
Quien primero nos olvida es uno, después los demás.
Regresar al estado primigenio de inocencia absoluta.
Renunciando al exquisito deleite de estar concentrado, atento a lo que sucede en el espacio y en el tiempo.
Retando a la imaginación, con las dimensiones diminutas imposibles.
Moléculas apiñadas en el fractal que se multiplica, exponiéndose al infinito.
Las palabras no alcanzan a los significados que escapan sin rumbo conocido, allá quizá donde reposan los símbolos eternos.

sábado, 17 de agosto de 2019

TINNITUS


TINNITUS

Todos guardan un silencio sepulcral, un acúfeno había invadido todo, se metía por los quicios, en las chapas, entre las bisagras, debajo de los puentes, dentro de los túneles, detrás de las puertas, encima de las bardas.
Ellos habían callado para siempre, con los ojos cerrados deambulaban trastabillando en medio de las calles, luego los abrían solo para llorar en silencio, no se reflejaban en los vidrios rotos de los aparadores, donde la fiesta de los maniquís siempre estaba por empezar.
Flotaban como sostenidos por una bruma, se cruzaban indiferentes, no se volteaban a ver, el prójimo dejó de existir, era una ignorancia reciproca que les mantenía alejados, cada uno en su propio mundo. Rehiletes de polvo eran levantados por el soplo de Eol, así se iba silbando el viento de la tarde, dejando al tinnitus vibrando, empujando al tiempo, arrastrando al sonido del silencio.
El Siglo había dejado su impronta en edificios y monumentos; la historia tenía bajo su espada las ruinas de lo que había sido imperial. Todo parecía desmoronarse, las cúpulas se tambaleaban, amenazando caer sobre los escasos transeúntes que aún se atrevían a deambular por aquellos muladares otrora calzadas repletas de tugurios, donde se rentaba el amor por unos cuantos centenarios.
Había quedado un eco, el fondo inquebrantable de aquella afonía que se extendía por las desoladas llanuras, en las que, el sonido hueco del acúfeno, bramaba sin cesar, su infernal sonido.      

domingo, 14 de julio de 2019

LOS VERSÁTILES


LOS VERSÁTILES

Los versátiles, los ambiguos, los indefinidos, los convenencieros, los artificiales, los acomodaticios; se amoldan, se prostituyen, cambian, se transforman, se camuflan a las circunstancias.
Son prácticos, se acomodan, pendulean conforme su instinto reptílico les aconseja. Saben huir en el momento adecuado, aparecen en el instante oportuno, se mueven tanto en las sombras como entre los reflectores.
Se iluminan y se apagan como el neón, ahí están siempre, asechando prestos a extender la bífida sea para lamer o para inyectar ponzoña.
Se saben arrastrar, están acostumbrados a besar manos, pies y lo que se ofrezca; son capaces de embarrarse hasta las entrañas, mienten con caravanas, con saludos, con poses, con chascarrillos, con verdades a medias, con desfachatez, con veneno.
Están en los noticieros, en los periódicos, en la radio, en la televisión, en libros y revistas, en internet y en el café, en la iglesia y en la escuela, en la calle y en el trabajo, están por todos lados.    
  

sábado, 13 de julio de 2019

RETROSPECTIVA


RETROSPECTIVA
Empecé contándome chistes, haciéndome bromas, luego me mentía con historias fantásticas, me burlaba de mí mismo, llegué hasta abofetearme frente al espejo.
Me solazaba platicándome aventuras fabulosas que daba por ciertas, me abandonaba en encrucijadas difíciles de discernir, otras veces me interrogaba durante largas horas, en ocasiones despertaba a media noche para desentrañar mis sueños y así transcurrían horas escuchando con atención mis relatos oníricos, en los que yo era el único.
No puedo negar que llegué a reprocharme tantas cosas absurdas que condenaba a los infiernos, insultar mis instintos se hizo en un tiempo mi costumbre, tacharme con insultos, el pan de cada día y en una etapa de mi vida, volqué contra mí el diccionario de ofensas que durante meses había acumulado en mi repertorio, para vaciarlo en una de las etapas más atribuladas de mi tempestuosa vida, en el paso de mi ser por el universo.
Me cansé de todo ello, me permití una tregua, la que intento renovar estos días, un recreo donde pueda reposar mi sistema nervioso, eso que ahora ustedes llaman alma o espíritu, ahí donde pueda retozar sin que la consciencia nada me reclame, sin que nadie me apunte con dedo acusador; porque en última instancia, mis juicios no son otra cosa que el reflejo de los tribunales que desde fuera, me hostigan y persiguen.
                                                   

El EJE DE MI VIDA

El EJE DE MI VIDA
Siempre siguiendo el ritmo ajeno en vez del mío. Estoy conectado a la telaraña neuronal humana, quiéralo o no y en consecuencia a la naturaleza, pasando por todos los seres vivos de la galaxia en la que, de pronto sin mi consentimiento, aparecí.
El contexto en el que estoy inmerso parece insistir en minimizarme, en reducir mi importancia a cero, no eres nada, me dicen, tu insignificancia infinita se pierde en el abismo del vacío; pero me impongo y me planto en el centro del tiempo, aunque me nieguen doctrinas y filosofías, aunque me ninguneen sabios y científicos, sé- por intuición- que la parte contiene al todo, la semilla contiene al árbol.
No somos nada, ni en el universo ni en la historia, tan efímeros como una hoja arrastrada por el viento del otoño, insisten teólogos, epistemólogos y psicólogos.
Pero yo sé que soy el héroe de mi odisea, la estrella de mi película, el principal protagonista de mi tragedia, el paladín de mi aventura, el escritor de mi comedia, sin necesitar ni el aplauso ni el reconocimiento de público alguno.
Soy así el eje donde gira mi vida

EL DIOS DEL MAL


EL DIOS DEL MAL


Dios está enojado porque dejé de creer en él, rabioso extendió su brazo en señal de amenaza y dijo: todo lo perdono, los crímenes, los abusos, las mentiras, las torturas, las vejaciones, los robos, las estafas, las traiciones, las ofensas, las más deleznables crueldades, las más abyectas infamias, las más cobardes perversiones ¡todo! menos que me niegues, eso ¡no! el castigo que merece tu falta de fe, lo empezarás a pagar desde ¡hoy!
Pero Dios, le respondí, si no te veo ni te oigo, cómo demonios voy a creer en ti, si te he pedido, te he suplicado, te he orado, te he sacrificado y ofrendado mil holocaustos, tu silencio sepulcral ha sido la respuesta ¿cómo exiges que crea en ti?
Tú no existes más que en el horror de los hombres a la muerte; lo peor de ti, Dios, es que solo has estado presente en los libros, en las palabras, en las intenciones, en los sagrarios, en las hostias, en los púlpitos, en los corazones y en las mentes de miles de millones de rebaños de creyentes incautos, víctimas del pavor a la muerte.
Te inventaron acompañado de otros entes tan diabólicos y fantásticos como los habitantes del olimpo, saliste de las entrañas de un cráter en erupción, de la fuerza de un tsunami, de la violencia de un terremoto, de la virulencia de la peste y en occidente  has derrotado a todos los demás dioses, los desplazaste, te sentaste en tu trono despótico como amo, señor y tirano de los hombres, mordiendo las consciencias, irrumpiendo en el amor legítimo entre mujeres y hombres, negando la felicidad prístina que exige la auténtica libertad, sometiendo la voluntad de los humanos a tus caprichos insensatos.   
No soy yo, me dijo, son las creencias, la ingenuidad y cobardía, lo que ha hecho tanto mal, no existo ni nunca lo he hecho más que en la superstición de los pueblos primitivos y timoratos que, amedrentados por brujos, astrólogos, alquimistas y sacerdotes, se han sacrificado a la sinrazón.
Luego agregó: Como no crees en mí, como no me temes ni me amas sobre todas las cosas, así como tampoco reconoces que soy tu creador, ni confías en la vida eterna, donde estarías sentado adorándome a mi diestra ¡vete al diablo!
Sigue sin creer en mí, prometo no aparecérteme jamás y luego que hayas muerto, tu pena ¡será no verme!
¡Uy! Qué miedo, tú como idea, solo deja de amenazar y me doy por ¡bien servido!

miércoles, 22 de mayo de 2019

EL DESENCUENTRO


EL DESENCUENTRO

Bajaba de aquella cumbre como derrotado, cabizbajo descendía meneando la cabeza decepcionado; había tenido la esperanza que dios existiera, para encontrarle algún sentido a la vida, pero se había convencido – en aquella búsqueda – que dios era tan solo un anhelo, una ilusión.
El mito lo habían divulgado los sacerdotes y los hechiceros en la aldea, la tribu lo había aceptado sin dudarlo, la gente cotidianamente se sometía a una serie de ritos que tenían por objeto, rendir pleitesía, sacrificios y homenajes a la deidad silenciosa, que reinaba en los cielos. Sus emisarios e intérpretes juraban comunicarse con dios a través de sus liturgias y sacramentos.
Le anunciaron que era el elegido por dios para recibir el mensaje final, te quiere ver, hablar contigo, allá arriba te aguarda, ve a la montaña te dará una importante encomienda y un mensaje para que lo transmitas a todos los aldeanos.
Desde la madrugada había salido al encuentro con la deidad creadora, había estado nervioso esos días, se había purificado en las aguas del río, también abstenido de todo contacto carnal, había expiado sus culpas atormentándose con espinas, se había sometido a un riguroso ayuno para quitar todo tóxico de su cuerpo ya endeble de tanto sacrificio, había orado días y noches enteras en lo profundo de la cueva del desierto, finalmente estaba limpio y preparado para ver a dios en persona.
Esperó con paciencia infinita la llegada del espíritu santo, del santísimo, del todo poderoso, del principio y del fin de todo cuanto existe, así se prolongó indefinidamente aquella confianza, hasta que en medio de su vigilia se quedó soñando.
Despertó pasmado, desconcertado, atribulado y contrariado, dios nunca llegó.    

PARA SIEMPRE JAMÁS


PARA SIEMPRE JAMÁS

Esperaba que en cualquier momento llegaría, no sabía si una sola persona o un grupo, se lo llevarían para siempre a la tierra de nunca jamás, eso era indudable.
Le intrigaba el tiempo, pensaba que no correspondía con exactitud a algún programa, solo sabía que la hora estaba cada vez más próxima.
A veces les sentía llegar, era como un relinchar de equinos ¿serían los jinetes del apocalipsis montando sus fantásticos corceles, serían ángeles y arcángeles vistiendo sus impecables y blancas túnicas, sería un esqueleto con su capucha blandiendo una hoz?  Pero alguien tendría que llegar a trastornar su existencia, a informar que todo habría terminado para él, como lo sucedido a todos sus amigos, se ausentaría también.
Parecía estar a la caza de los hipotéticos personajes, no quería ser tomado por sorpresa, nunca estaba desprevenido; a veces los adivinaba agazapados entre los matorrales, otras cuchicheando a sus espaldas o aguantándolo entre los callejones.
Poco a poco sabía que lo cercaban, él se hacía el occiso, disimular de poco le servía; huir, ocultarse o disfrazarse, no valía; le habían prometido venir por él, durante aquel sueño infantil, cuando aún era muy temprano en su largo recorrido por la vida, pero ahora ya era la fecha de cumplir el juramento.
Era tarde para todo, la noche cubría de oscuridad, su negro manto se extendió todo alrededor, él se fue como encantado a descansar en paz y para siempre.
  

martes, 30 de abril de 2019

DECREPITUD


DECREPITUD

-¿Cómo frenar el tiempo? - Se preguntaba  al ver su reflejo en aquel viejo espejo, - Cómo borrar esas arrugas, esos pliegues colgantes que la fuerza de la gravedad evidenciaba y le afeaban el rostro, antes tan lozano y fresco.
Se embadurnaba de maquillaje las ojeras, se pintaba los párpados de ocre para ver si así podía disimular los años que se lo habían comido, por todos lados la vejez asomaba, patas de gallo, de mula y líneas marcadas en sus labios, delataban los estragos de su antigüedad, ni hablar del cuello que parecía una catarata de piel colapsada.
Mentía cuando le preguntaban su edad, falseaba su nacimiento que había ocurrido ha muchos inviernos, falsificó sus actas, recurrió a todo tipo de recetas para prolongar su lejana juventud, ida en el siglo pasado, probó todas las pócimas recomendadas por los esteticistas, bebió brebajes hechizados por las brujas más famosas del oriente, se sometió a las más espeluznantes cirugías plásticas, tomó medicamentos prohibidos, recurrió a la alquimia, consultó a los adivinos, se presentó en el Vaticano, hizo todo posible por sobrevivir, se hacia el sano cuando estaba solo,  en cuanto veía una víctima, empezaban sus quejumbres; cronos continuaba dejando su impronta en aquel esqueleto viviente.
repleto de dolores, visitó médicos de todos los continentes y ramas; intentó todas las dietas, guardó reposo suficiente para recuperar la energía perdida, hasta  dejó de lamentarse de sus rígidas articulaciones, ahora ya no podía levantarse, quedó como petrificado en su lecho de siempre, en una noche de otoño.
Todo fue inútil, al fin murió, descanse en paz.