viernes, 20 de diciembre de 2019

LA JAULA


LA  JAULA

De pronto explotaba como dinamita, su furia se expandía por todos los rincones, su violencia ilimitada se dejaba sentir en toda la región, aquella comarca no dormía tranquila mientras ese monstruo no aplacara su rabia, borbollonees espumosos escurrían de sus quijadas, emitiendo rugidos desastrosos que permeaban los más inocentes tímpanos de aquellos lares.
De ese ser incontenible, insoportable; surgía de pronto una especie de ángel, se transformaba en el mejor de los hombres: fiel, amoroso cordial, justo sabio, comprensivo, perfecto, ejemplar.
se transformaba en el más dócil cordero, el más tímido de los ratones, el más inseguro de los mortales, así se burlaban de su mansedumbre, lo empujaban, lo despreciaban, se burlaban de su torpeza, esta vez se había vuelto demasiado frágil y empezó a sacudirse tantos abusos, tenía que darse a respetar.
Nadie lo podía imaginar iracundo y blasfemando, azotando maldiciendo, pataleando como un verdadero energúmeno; pero ya se le había acabado la fuerza a aquel ímpetu indómito, sus reservas se agotaban, se apagaba poco a poco, en los últimos estertores intentaba renacer su furia, pero ya nadie le oía, sus afónicos berridos a nadie importaban.
Ahora está durmiendo la mona en esa vieja jaula.

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