martes, 25 de febrero de 2020


LA MEMORIA

¿Qué es la memoria? Sino la facilidad de obtener la información buscada, la que se halla en una biblioteca que tiende al caos, se desordena muy fácilmente. El orden cronológico es a priori y lineal,  las demás categorías se conforman según instrucciones de jerarquía y urgencia; intervienen para su prioridad otros factores como: lo significativo, la importancia subjetiva, la emoción, lo pasional, lo esencial, lo traumático, lo aberrante, lo obsceno, lo diabólico, lo absurdo, lo vergonzoso, lo asqueroso, lo repulso, lo indecente, lo prohibido, lo pecaminoso, lo blasfemo, lo irreverente, lo vicioso, lo irrespetuoso, lo cínico, lo hipócrita, lo cruel, lo despiadado, lo insolente, lo desgraciado, lo corriente, lo imperfecto, lo defectuoso, lo mortal!
La biblioteca de la memoria tiene estantes enormes llenos de informes, cada informe ocupa un lugar que “debería” estar clasificado en compartimentos de acuerdo a su categoría, su importancia, su frecuencia de rescate, su peso.
Pero tú sabes cómo acomodaste tus recuerdos, aunque a veces te tropiezas descuidado con alguno que te desencaja, otras veces invocas y se han perdido en la inmensidad de los tiempos
Toda esa memoria sirve un lapso, luego se disolverá, parece ser que este presente es el único refugio existencial del universo.   

RENÉ (el sufridor)


RENÉ   (el sufridor)

Lo enseñaron a ser justo y noble, antes que en sí mismo tenía que pensar en el otro, sacrificarse en beneficio del prójimo, a dar sin esperar nada a cambio, respetar lo ajeno, perdonar las ofensas, los ataques y los insultos, quitarse el pan de la boca para darla al semejante, tener siempre presente a los demás; lo adiestraron a sufrir en silencio, a consolar al dolido, a dar la mano al débil, a cobijar al desamparado, a escuchar el lamento del oprimido, a curar la herida del enemigo, a ser hospitalario con el huérfano, a dar posada al peregrino, a poner la otra mejilla.
Con el paso de los años se convirtió en víctima de los abusadores a quien había dado tantas concesiones, lo encontré tirado en un charco de sangre y con una daga clavada en el costado, ya agonizando apenas pude escuchar cuando a mi pregunta ¿qué te pasó? Me respondió:
Por seguir las enseñanzas de mis consejeros y al poner en práctica sus recomendaciones sucedió que: Cualquier mentiroso tomaba de mí ventaja, cualquier traidor me sorprendía por la espalda, cualquier cobarde me derrotaba, cualquier ladrón me robaba, cualquier tramposo me estafaba, cualquier vendedor me engañaba; a todos creía, a todos respetaba, a todos amaba.
Abrí las puertas de mi casa y de ella se apoderaron, a patadas me echaron, les di mi comida y me dejaron en el hambre, les cobijé del frío y me arrojaron a la intemperie, escuché sus penas y cerraron sus oídos a mis lágrimas, limpié sus yagas y me pagaron con palos, les abracé con sinceridad y me tacharon de insolente, recé por ellos y me encerraron en la cárcel y por último intenté explicarles y me dieron esta puñalada de castigo.
Ya no quise levantarlo y llevarlo a un hospital, pensé que con su viacrucis tenía suficiente, me acordé de Justine, pude medio comprender su masoquismo natural.  

viernes, 21 de febrero de 2020

INCONSCIENCIA


INCONSCIENCIA

Me cansé de tanta consciencia, me aburrí de estar alerta, es un tedio que desespera, me harto de la vigilia, lo que más anhelo es quedar tirado sin sentido en un catre o tendido en un ataúd para toda la eternidad, inconsciente.
No quiero darme cuenta de nada, de este mundo lleno de amenazas, conflictos, contradicciones y absurdos, dejar este pantano de injusticias e inútil verborrea que vierten desde el pulpito los sacerdotes y los políticos desde la tribuna, no quiero decidir, no quiero estar, tampoco existir, reconozco que me encantó vivir; pero para mí, ¡ya estuvo suave!
Tengo miedo de la noche, de la oscuridad en la que aparece el ogro que me engulle de un sorbo, ese monstruo que me obliga a vigilar, al que intento patear inútilmente porque en vez de huir se ensoberbece y me tortura con espeluznantes sensaciones e indescriptibles dolores hasta hacerme preguntar - ¿Esto es vida? – La regalo, la dono al primer moribundo que quiera canjear su muerte por esta miseria de vida.
Desplomarme en un sueño profundo del que jamás despertaré; sí, eso busco con vehemencia, borrar todos los recuerdos, sepultar la memoria en un panteón de olvidos.
Quiero no regresar nunca a este valle sinsentido que me tocó expiar, quiero sumergirme en las profundidades del silencio, donde no se escuche ni una sola nota de vida, donde ni el sufrimiento ni el dolor tengan cabida, en donde no haya ni lugar ni tiempo ni nada; si, ahí descansaré en paz y por toda la eternidad   


MI MUERTE


MI MUERTE

Preparándome a morir, a veces me doy pena, me avergüenzo de no ser, de estar ausente de mí, de ignorar cada día más, de perder el control de mis ideas, de extraviarme en la orfandad.
Todas las anclas que me sujetaban se han roto, los vientos que soplaban para allá se volvieron en contra, los amaneceres se ocultan en las noches y el cambio se estanca como la muerte.
Sé que viene, la olfateo como a un rumor extraño, oigo sus sigilosos  pasos a mis espaldas, sospecho que me busca, que me tiene entre sus planes, que soy su objetivo, que estoy en su mira.
No quisiera sorpresas ni intempestivas irrupciones, no quiero que me tome descuidado, aunque me han dicho que llega cuando menos la esperas y cuando lo hace ni cuenta te vas a dar, todos sabrán que habrás muerto, excepto tú.
El cuerpo será solo un cadáver más, empezará a pudrirse este prodigioso animal  de inmediato, el deterioro será vertiginoso, el olor insoportable, se habrá apagado para siempre ese milagro que en un tiempo llevó un nombre de pila bautismal que respondía a Luis.
Podría venir despacio, mesurada, sin gritos, sin amenazas, tenue, silenciosa y amable como una aliada, como una novia, como la inseparable compañera desde el nacimiento, la amiga de siempre, la más fiel de todas, la gemela de mi vida, solo las cosas no sabrán que me he ido, si hay algo que cierra mi existencia, es mi muerte.   

domingo, 16 de febrero de 2020

LOS NEGOCIOS


LOS NEGOCIOS

Podría decir que la vida de los hombres se centra en los negocios, casi cualquier actividad humana que no represente un negocio es despreciada; son la base del entendimiento de la historia humana, Marx y Engels, Adam Smith y Ricardo lo constatan, desde el inicio de la civilización los caldeos, los fenicios y los chinos practicaban dicha actividad y consideraban al comercio como la esencia de la vida.
Son la razón que incita a la acción, si no hay negocio, todo se viene abajo, es como un fetiche oculto entre telones, un secreto a voces, quien es buen negociante tiene su camino sembrado de éxitos (efímeros al fin y al cabo). Es lo que da sustento a la economía, lo que marca la inversión y su tasa de recuperación, una especie de deidad demoníaca.
Todo es negocio disfrazado de religión, política, fabricación, salud, seguridad, deporte, sexo, descanso, entretenimiento, trabajo, investigación, placer, guerra, delincuencia, crimen, corrupción, banca, funerales y muerte.
La gratuidad es siempre un engaño, detrás de toda buena acción se esconde la conveniencia, lo que se presenta como un servicio, o una ayuda, trae consigo la mezquindad de una ventaja, la nobleza de una acción aparentemente altruista, oculta la verdadera esencia del efecto colateral disfrazado.  
Dar sin esperar recompensa es una entelequia, ayudar sin interés es utopía, no obstante empresas y vendedores, políticos y profesionales presentan como únicos los beneficios directos como anzuelo, dejando perderse el verdadero propósito de su acción, el negocio.
Hasta el amor y la paz tienen tinte de negocio.


INTRASCENDENCIA


INTRASCENDENCIA

No quería pasar por la vida así nada más, quería dejar algo, su huella, su obra, su recuerdo, un cambio significativo que lo refiriera y no transcurrir como una hoja más al viento, no perderse en la confusión de la historia inerte, deseaba dejar alguna constancia de su efímera existencia.
Buscaba que hablaran de él, ya fuese por motivos de admiración o de desprecio, lo que no soportaba era perderse en el anonimato de la mediocridad.
El tiempo corría a una velocidad que nunca imaginó en sus años mozos, ahora su vida declinaba a pasaos agigantados y nada lo distinguía del resto de mediocres, no era una celebridad, su nombre apenas aparecía en viejas listas de raya y casi borrado en las actas el registro civil, el viento de los años lo soplaba como un grano de polvo sin destino.
Hubiera merecido espléndidas biografías, una fama que trascendiera océanos y continentes, siglos y milenios, agradecimiento de pueblos y de importantes ministros, aplausos de autores y catedráticos, comentarios de sus peripecias en cafés y auditorios, referencias de su estilo de ser en los círculos intelectuales y académicos, estrofas de sus versos que se repitieran en colegios y universidades y que su pensamiento fuera guía de futuras civilizaciones.
Pero el tiempo se agotaba y ni una sola palabra, ni un rasgo de su persona, ni una sola mención de su nombre ni de su efímera existencia quedaba.