viernes, 21 de febrero de 2020

MI MUERTE


MI MUERTE

Preparándome a morir, a veces me doy pena, me avergüenzo de no ser, de estar ausente de mí, de ignorar cada día más, de perder el control de mis ideas, de extraviarme en la orfandad.
Todas las anclas que me sujetaban se han roto, los vientos que soplaban para allá se volvieron en contra, los amaneceres se ocultan en las noches y el cambio se estanca como la muerte.
Sé que viene, la olfateo como a un rumor extraño, oigo sus sigilosos  pasos a mis espaldas, sospecho que me busca, que me tiene entre sus planes, que soy su objetivo, que estoy en su mira.
No quisiera sorpresas ni intempestivas irrupciones, no quiero que me tome descuidado, aunque me han dicho que llega cuando menos la esperas y cuando lo hace ni cuenta te vas a dar, todos sabrán que habrás muerto, excepto tú.
El cuerpo será solo un cadáver más, empezará a pudrirse este prodigioso animal  de inmediato, el deterioro será vertiginoso, el olor insoportable, se habrá apagado para siempre ese milagro que en un tiempo llevó un nombre de pila bautismal que respondía a Luis.
Podría venir despacio, mesurada, sin gritos, sin amenazas, tenue, silenciosa y amable como una aliada, como una novia, como la inseparable compañera desde el nacimiento, la amiga de siempre, la más fiel de todas, la gemela de mi vida, solo las cosas no sabrán que me he ido, si hay algo que cierra mi existencia, es mi muerte.   

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