martes, 25 de febrero de 2020

RENÉ (el sufridor)


RENÉ   (el sufridor)

Lo enseñaron a ser justo y noble, antes que en sí mismo tenía que pensar en el otro, sacrificarse en beneficio del prójimo, a dar sin esperar nada a cambio, respetar lo ajeno, perdonar las ofensas, los ataques y los insultos, quitarse el pan de la boca para darla al semejante, tener siempre presente a los demás; lo adiestraron a sufrir en silencio, a consolar al dolido, a dar la mano al débil, a cobijar al desamparado, a escuchar el lamento del oprimido, a curar la herida del enemigo, a ser hospitalario con el huérfano, a dar posada al peregrino, a poner la otra mejilla.
Con el paso de los años se convirtió en víctima de los abusadores a quien había dado tantas concesiones, lo encontré tirado en un charco de sangre y con una daga clavada en el costado, ya agonizando apenas pude escuchar cuando a mi pregunta ¿qué te pasó? Me respondió:
Por seguir las enseñanzas de mis consejeros y al poner en práctica sus recomendaciones sucedió que: Cualquier mentiroso tomaba de mí ventaja, cualquier traidor me sorprendía por la espalda, cualquier cobarde me derrotaba, cualquier ladrón me robaba, cualquier tramposo me estafaba, cualquier vendedor me engañaba; a todos creía, a todos respetaba, a todos amaba.
Abrí las puertas de mi casa y de ella se apoderaron, a patadas me echaron, les di mi comida y me dejaron en el hambre, les cobijé del frío y me arrojaron a la intemperie, escuché sus penas y cerraron sus oídos a mis lágrimas, limpié sus yagas y me pagaron con palos, les abracé con sinceridad y me tacharon de insolente, recé por ellos y me encerraron en la cárcel y por último intenté explicarles y me dieron esta puñalada de castigo.
Ya no quise levantarlo y llevarlo a un hospital, pensé que con su viacrucis tenía suficiente, me acordé de Justine, pude medio comprender su masoquismo natural.  

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