TIMIDEZ
Era muy
inseguro, todo le daba vergüenza, cuando alguien se aproximaba, se ponía tan
nervioso que ansiaba esfumarse en el acto, entonces se escabullía y descansaba;
tan tímido era que no hablaba para no interrumpir ni las palabras ni el
silencio de los demás, se movía con demasiada cautela, parecía solo una silueta
que de puntitas apenas se desplazaba a efecto de molestar a nadie, incluso se
escondía entre las sombras con el afán de no ser descubierto.
Se pasaba de
silencioso y discreto, nunca quiso hacer ruido, de ninguna manera, siempre
quería pasar desapercibido y lo conseguía, ya no lo tomaban en cuenta y él se
decía calladitos se ven más bonitos.
Intentaba
desaparecer en cada rincón, en cada cornisa, en cada sótano, en cada cueva o
caverna, le gustaban los pozos para hacer su madriguera.
Era tan
tímido que hallaba escondrijos en todos lados, todo le daba pena, era muy
vergonzoso, le agradaba callar, su boca era una sepultura, solo le servía para
bostezar, comer y de vez en cuando estornudar y toser; aunque lo hacía agachado
y cubriéndose por entero con una chal.
Al fin
terminó sus días, aseguran que lo sorprendieron masturbándose, se murió de vergüenza.