sábado, 4 de enero de 2020

ELUCUBRACIONES SOBRE EL TIEMPO


ELUCUBRACIONES SOBRE EL TIEMPO

¿Dónde está el tiempo? – Ya verás que lo vamos a topar más adelante, aunque parezca que lo dejamos atrás. No tiene color, ni peso, hay quien piensa que carece de partículas elementales, no tiene densidad ni temperatura ni volumen.  No, no es una cosa, todo sucede en él, es impalpable, está a la espera, pasa, corre, vuela, se regresa, se adelanta, pero nunca se estanca. Está compuesto por una cadena infinita de redes instantáneas, de múltiples corrientes momentáneas que se diseminan entre la eternidad y nosotros.  
Caminamos mucho para llegar hasta donde dicen los brujos lo hay en secreto, lo ocultan los hortelanos de la región cuántica, donde moran los arcángeles, tan silenciosos como opacos, sin embargo, el misterio del tiempo que parece ser el trasfondo en el que todo sucede, es como una bruma insensata que contiene a la realidad.
El tiempo es acción dinámica, el paso del acontecer, no se puede tocar ni ver ni identificar, tampoco tiene existencia absoluta ni ser discreto. Es espera, freno, aceleración, fatalidad; jamás retrocede, avanza siempre, es impostergable, es Cronos hijo de Urano y de Gea, padre de Zeus. El tiempo parece que nunca se acaba de ir, pero se irá en tropel, lo han anunciado trompeta al cielo sus detractores.
Es la duración de un movimiento, lo que tarda el amor,  lo largo de una vida, lo corto del placer, lo tedioso de una jornada que no se acaba nunca, es el ansia de llegar, es Dios, dirán algunos, es lo que jamás termina, el constante transcurrir de los días; el suspenso misterioso que empuja los meses, el que jala los años, vacío de todo y lleno de nada, se oculta en los pliegues de la piel, se manifiesta en el cansancio, es tan relativo como una fórmula sospechosa y tan extraño como la misma eternidad.
-¿Qué es el tiempo?- Sí lo sé, pero si me lo preguntan…..no lo sé. Resulta que todo está integrado por partículas elementales, así como la gravedad por gravitones, el tiempo lo hace por los tempotrones, todavía nadie los ha visto, pero todos los sienten al correr las manecillas, tan diminutos que durante milenios habían permanecido soslayados en la historia, son inconmensurables e ininteligibles.
Cuando descubrieron los tempotrones, de inmediato llegaron los recueros del futuro y se abrieron los dilemas del pasado, lograron unir en el presente lo ocurrido y lo que vendría, se empezó a dilatar la cadena de sucesos a su antojo y pudieron reducir la creación a un bostezo.
Pudieron controlar las reacciones de los tempotrones y obligarlos a retirarse o a acudir a su llamado, se transportaron en ellos a las estrellas más lejanas como si estuviesen a la vuelta de un parpadeo, en cosa de instantes se remontan al pasado más remoto.
Los tempotrones no se dejan ver por microscopio alguno, solo se sienten en la piel y en el corazón de quien se atreve a invocarlos.


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