sábado, 13 de julio de 2019

RETROSPECTIVA


RETROSPECTIVA
Empecé contándome chistes, haciéndome bromas, luego me mentía con historias fantásticas, me burlaba de mí mismo, llegué hasta abofetearme frente al espejo.
Me solazaba platicándome aventuras fabulosas que daba por ciertas, me abandonaba en encrucijadas difíciles de discernir, otras veces me interrogaba durante largas horas, en ocasiones despertaba a media noche para desentrañar mis sueños y así transcurrían horas escuchando con atención mis relatos oníricos, en los que yo era el único.
No puedo negar que llegué a reprocharme tantas cosas absurdas que condenaba a los infiernos, insultar mis instintos se hizo en un tiempo mi costumbre, tacharme con insultos, el pan de cada día y en una etapa de mi vida, volqué contra mí el diccionario de ofensas que durante meses había acumulado en mi repertorio, para vaciarlo en una de las etapas más atribuladas de mi tempestuosa vida, en el paso de mi ser por el universo.
Me cansé de todo ello, me permití una tregua, la que intento renovar estos días, un recreo donde pueda reposar mi sistema nervioso, eso que ahora ustedes llaman alma o espíritu, ahí donde pueda retozar sin que la consciencia nada me reclame, sin que nadie me apunte con dedo acusador; porque en última instancia, mis juicios no son otra cosa que el reflejo de los tribunales que desde fuera, me hostigan y persiguen.
                                                   

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