viernes, 20 de septiembre de 2019

¿UTOPÍA?


¿UTOPÍA?
Sí, efectivamente, hubiera preferido que Dios se manifestara de modo permanente; hubiese sido muy cómodo, mi juicio estuviera supeditado directamente a su mandato, no podría ni tendría caso deliberar por cuenta propia, sería como un autómata actuando acorde a un programa establecido en un código del que, no tendría la menor posibilidad de escapar.
No sería responsable ni de mis actos, ni de mis decisiones; no tendría ni culpas ni faltas ni pecados, tampoco méritos; sería una vida insípida, me dedicaría a obedecer ciegamente las órdenes de la Deidad,  jamás ninguna duda alcanzaría mi pensamiento, mi criterio estaría apagado.
Me podría consagrar íntegra y exclusivamente a estar adulando y alabando al creador, reaccionaría conforme a sus deseos como amo y señor del universo, no saldría de estar bendiciendo las intenciones del santísimo.  No habría ninguna imagen de la divinidad, puesto que su presencia descendería a este plano para corregir y dar instrucciones precisas de mi proceder.
Viviría sin preguntas, todas las respuestas estuviesen reveladas en el acto, tendría la certeza de cumplir estrictamente la voluntad de Dios, no podría desviarme un ápice de la letra, ni arriesgar nunca nada, jamás se habría despertado mi consciencia, ¿para qué?....ningún caso tendría mi parecer, saldría sobrando.
Carecería de libertad, sería como un niño dependiente a merced de la autoridad de un padre celestial, la irrupción continua del creador en la vida, sería determinante en todos los actos de mi existencia.
Jamás vacilaría frente a los enigmas del destino, mi voluntad estaría castrada, sería como una piedra rodante del camino.

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