¿UTOPÍA?
Sí, efectivamente, hubiera preferido que Dios se manifestara
de modo permanente; hubiese sido muy cómodo, mi juicio estuviera supeditado
directamente a su mandato, no podría ni tendría caso deliberar por cuenta
propia, sería como un autómata actuando acorde a un programa establecido en un
código del que, no tendría la menor posibilidad de escapar.
No sería responsable ni de mis actos, ni de mis decisiones;
no tendría ni culpas ni faltas ni pecados, tampoco méritos; sería una vida
insípida, me dedicaría a obedecer ciegamente las órdenes de la Deidad, jamás ninguna duda alcanzaría mi pensamiento,
mi criterio estaría apagado.
Me podría consagrar íntegra y exclusivamente a estar adulando
y alabando al creador, reaccionaría conforme a sus deseos como amo y señor del
universo, no saldría de estar bendiciendo las intenciones del santísimo. No habría ninguna imagen de la divinidad,
puesto que su presencia descendería a este plano para corregir y dar
instrucciones precisas de mi proceder.
Viviría sin preguntas, todas las respuestas estuviesen
reveladas en el acto, tendría la certeza de cumplir estrictamente la voluntad
de Dios, no podría desviarme un ápice de la letra, ni arriesgar nunca nada, jamás
se habría despertado mi consciencia, ¿para qué?....ningún caso tendría mi
parecer, saldría sobrando.
Carecería de libertad, sería como un niño dependiente a
merced de la autoridad de un padre celestial, la irrupción continua del creador
en la vida, sería determinante en todos los actos de mi existencia.
Jamás vacilaría frente a los enigmas del destino, mi voluntad
estaría castrada, sería como una piedra rodante del camino.
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