LOS AMARGADOS
*
Los
amargos prefieren estar mal acompañados que solos, les gusta hacer la vida de
cuadros a todos- ¿a mí también? - ¡A TODOS! ,
Todo
lo amargan, se regodean en agûitar todo
¿a mí también? – ¡TODO!
Los
amargados siempre están adisgusto, siempre inconformes, protestan por todo.
¿Por su riqueza también? – Por ¡TODO!
Les
fascina amargar la vida de los demás, agriarles su existencia, son como el viejo vinagre, todo lo echan a perder
-¿También la luna de miel? -¡TODO!-
Les
encanta amargar las fiestas, destruir las ilusiones, apagar los entusiasmos,
abofetear las sonrisas. Les gusta buscar defectos, les obnubiliza hallarlos y
hacerlos estallar en público, aguar los ánimos.
Los
amargados son expertos en pulverizar toda esperanza, se embelesan envenenando
todo vestigio de felicidad, son terriblemente envidiosos, se atan a la
discordia y al rencor. Viven intoxicados
de bilis, adrenalina, bilirrubina y
cortisol.
Los
amargados invitan al suicidio, cierran
todas las puertas- ¿también ésta?- ¡TODAS!
Les
complace contagiar la amargura, beben en la copa sana, para transmitir su
amarga hiel.
Los
amargados no saben ni reír ni llorar,
destruyen la alegría, no soportan la dicha en nadie- ¿En mí tampoco?-
¡EN NADIE!
Procuran
el sufrimiento de los demás, los éxitos y buenaventuras les producen amargura;
les gustan los lamentos, las quejas, las súplicas, las lágrimas, el llanto.
Los
amargados son alérgicos a las carcajadas, a los besos, a los abrazos, a las
caricias, a las entregas, al placer.
Los
amargados a todo le ponen peros, por principio llevan la contra, dan en el
clavo para echar todo a perder. -¿También esto? – ¡TODO!-
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