martes, 16 de septiembre de 2014

ANSIOSOS Y DESESPERADOS



ANSIOSOS  Y  DESESPERADOS

Todos los reptiles, crótalos, chacales y zopilotes que reptan, aúllan y aletean alrededor  y sobre las ruinas de la patria, están ávidos para que las reformas estructurales que hicieron a la constitución sus lacayos, aterricen ya en resultados concretos.

Estos carroñeros ya están ansiosos de ver los cambios en las leyes secundarias, en los reglamentos que regulen la luz verde para el arribo de las marcas y firmas extranjeras, tal como cuando con el famoso TLC de Salinas se concretó en lo que hoy vemos pulular por todo el territorio nacional: Coscot`s , Sam´s, HEB´s, Walmart´s Chili´s Mc´Donald´s, Starbook´s. Pizza hot´s, Domino´s Pizza, Kentuky Fried Chiken´s, Office Depot´s, Home Depot´s, etc. etc. En perjuicio de nuestra incipiente industria nacional, condenada al fracaso frente a las corporaciones trasnacionales.

De los bancos ya ni se diga, después de pasar de manos nacionales privadas a las del estado, para después entregarlas a los agiotistas internacionales, en medio de los aplausos de estas hienas.

Ahora hacen berrinches por no ver todavía las gasolineras Gulf, los depósitos de Texaco, las refinerías de Shell,  los ductos de Chevron,  las estaciones de bombeo de British, las instalaciones de Exxon, las pipas de Halliburton, las chimeneas de Mobil.

No se aguantan las ganas de ver morir a Pemex, la corrupta empresa nacional, próxima desaparecer como vieja chatarra oxidada, están prestos a sacar sus dólares del país, siempre han salido de vacaciones al extranjero, a gastar sus prebendas a las Vegas, a hacer sus depósitos en Nueva York, Los Ángeles o Chicago, a comprar en Houston, en Mc Allen o en Brownsville, o adquirir propiedades en Miami.

No solo son apátridas y traidores, tienen una especie de desprecio por su nación, una vergüenza nacional, tampoco no únicamente no aman a México, sino que parecen odiarlo, hacen hasta lo imposible por herirlo, son mexicanos impostores, se arrastran para lamer las patas del tío Sam, el que les pisotea la lengua, el que les ve para abajo, como lo que son: lombrices.





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