LA COMPETENCIA
La
competencia, la competitividad, la eficiencia, el éxito; el afán de triunfo, de
ganar, está haciendo naufragar nuestra civilización.
El
protagonismo, recibir aceptación, aplausos,
halagos, alabanzas, parece ser patología de nuestra especie.
Reconocimientos,
diplomas, títulos, agradecimientos, premios, recompensas, son drogas para los
enfermos alienados, con el deseo de
prestigio.
¿Quién
ganó? – Es el héroe, el principal, el mesías, el presidente, el gobernador, el
rey, el príncipe, el magnate, el guía, el líder, el campeón.
Raza
aduladora, sometida, servil, lacaya, entreguista, idólatra, sumisa, cobarde,
traicionera, vil.
Torneos,
partidos, peleas, guerras, batallas, trampas, luchas, conquistas, abusos, robos,
fraudes, engaños, tranzas, despojos, disparos, destrucción, explotación,
explosión, avance, vencimiento, aniquilación.
Unos
contra otros, contra el vecino, el prójimo, el amigo, el enemigo, el paisano,
el contrincante, el oponente, el rival, el competidor, el otro.
La
contienda es a ver quien gana a ser más servil, quien se arrastra mejor, quien
se agacha con más elegancia, quien dispensa mejor caravana, quien inclina más
la cerviz al paso del carruaje.
Los
ponen a competir a ver quien extiende más la alfombra, quien tiene menos
dignidad, quien es más traidor a su pueblo, quién se deja aplastar mejor, quien
aplaude con más entusiasmo, quien está dispuesto a entregar más por menos, así
es el mercado global.
¿Cuánto
podrás soportar tierra, esta depredación?
Vendrá la desolación, los páramos cubrirán los
campos, las ciudades resquebrajadas emitirán su lamento, los buitres rondarán
encima de los restos, los equilibrios fueron rotos, las leyes de la naturaleza
violadas, nadie ganó, todos perdimos en esta estúpida y desastrosa competencia,
del hombre contra la naturaleza y contra él mismo.
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