EL HOMBRE SIN ALMA
Era como
un robot, jamás se alteraba, podía pasar
horas enteras inmóvil; nada lo perturbaba, todo se le resbalaba, el dolor le era
ajeno, el sufrimiento indiferente; los
demás le tenían sin cuidado.
Debió
tener madre y una familia, pero nunca hablaba de ello, no sonreía, tampoco se
le vio llorar por nada, el cansancio no lo asustaba, quizá por que no lo
conocía, ante nada se doblegaba, era como una cifra, como un número, como una
clave, una fórmula simplemente.
Iba y
venía sin gracia, hablaba solo lo necesario, no se equivocaba, vivía solo, en una buhardilla de lejano barrio, andaba
uniformado con su traje oscuro, no despedía ningún aroma, era opaco y frío como
un témpano. Su voz parecía venir de ignotas cavidades ocultas en la profundidad
de su cuerpo.
Rechazaba
amistades, rehusaba invitaciones, evadía acercamientos, escapaba de
compromisos, nunca enfermaba, jamás le oí toser, tampoco bostezar, mucho menos
estornudar; no se lamentaba ni se quejaba de nada, podían pasar semanas y de este
individuo, nada se sabía.
Despertaba
la curiosidad de los aldeanos por su excentricidad, comía solo en sepulcral
silencio, su mirada se perdía en lontananza, el frío no le llegaba, el calor no
lo sofocaba; pero cumplía estrictamente con sus obligaciones laborales y
fiscales; jamás pidió ayuda ni favores a nadie, nunca se le vio rezando o
haciendo fila en cola alguna, tampoco en cines, teatros, clubs, o antros; se
diluía entre los árboles del bosque, su presencia no asustaba ni a los tordos
que trinaban entre la maleza.
Pasaba
horas en la ausencia, nunca leía ni se
enteraba de nada, era renuente a conversar o a emitir algún comentario, no
tenía preferencias ni era aficionado a nada, no tenía pasatiempos ni practicaba
deporte alguno.
No era
ni rico ni pobre, siempre impasible, impertérrito, ecuánime, imperturbable; a
nadie le interesaba, a nadie le hacia falta, nadie lo extrañó desde antes del
día en que se lo tragó la tierra.
No supe
como se llamaba, solo sé que no dejó huella ni una anécdota siquiera que lo
recuerde, dudo que haya sido de carne y hueso, creo que le faltaba un tornillo,
No hay comentarios:
Publicar un comentario