PENTOTAL SÓDICO
En lugar
de tomar aquel vaso de agua, el candidato bebió el pentotal sódico que maliciosamente alguien había disuelto en
su bebida, poco antes de su discurso en ese mitin político en el que decidió
improvisar:
-- Voten
por mí, tengo años anhelando esta magnífica oportunidad que me ha dado el
Licenciado, quiero este año, comprarme
un catamarán, construirme un chalet en la costa caribeña y un BMW deportivo
último modelo-.
- Los
invito a que me elijan, prometo viajar por el mundo a costa de erario,
hospedarme en hoteles de cinco estrellas, contar con seguro médico familiar
para en caso necesario, atendernos en Houston, me urge gozar del fuero, para
protegerme de los castigos de la ley, por los fraudes cometidos y los que
planeo perpetrar.
-Voten
por su servidor, pues tengo ambiciones para negociar con bienes nacionales para
lograr gran riqueza personal, quiero que mis hijos estudien en los mejores
colegios del extranjero, háganlo ya que me encanta viajar a las Vegas a
dilapidar en la ruleta, sus ahorros para
el retiro.
-
Apóyenme, ya quiero ceder soberanía a cambio de sobornos, hacer concesiones de
largo plazo a corporativos trasnacionales y obtener jugosas comisiones.
- Elíjanme,
porque me gusta comer en los más elegantes restaurantes, beber excelentes vinos
franceses, vestir como un dandi inglés, oler a perfume parisino, asistir al
Moulin Rouge y al Crazy- Horse, pasearme por Londres, Tokio y Nueva York y
andar en la farándula de la élite mundial.
-Voten
por mí, que quiero abrir cuentas en los paraísos fiscales de las Islas Caimán,
las Bahamas y Turcas. - Ayúdenme por favor, no se imaginan cuantas ganas tengo
de divertirme en Montecarlo, de ir a un safari a Kenia y de allegarme un harem
de lindas muchachas para alegrarme las noches de luna creciente, llena y
menguante.
- Cada
vez que levante el dedo me acordaré de ustedes, les estaré agradecido por un
corto tiempo, contribuirán para mi felicidad y dios se los pagará.
Este sí
va a cumplir sus promesas de campaña, se decían entre sí, los acarreados.
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