lunes, 15 de septiembre de 2014

EL IDO



EL  IDO

Cuando estoy con él, es como si no estuviera con nadie, no le interesa nada en absoluto,  ni lo que diga, ni lo que piense; mis palabras no le llegan, ni lo mueven, ni lo alteran.

Diga lo que diga, su mirada está allá, ausente, distraído en cualquier nimiedad, ensimismado, retraído.

No atiende a mis palabras, quizá no entiende mis conjeturas, tal vez no le importen ni mis ideas, ni mis reflexiones, es como si hablara al vacío o con las paredes, siempre está desesperadamente ido, en lo suyo concentrado.

Pasan y pasan las horas y no atiende ni mis comentarios más simples, a veces me pregunto si no estará sordo,  o bien le entran mis argumentos por un oído y le salen por el otro, sin tocar nervio alguno.

Luego me pregunta lo que le he repetido cien veces y exige airado mi respuesta, después se apaga escondiéndose en su autismo; es como si estuviera ausente, nada lo perturba, presenta un gran déficit de atención o del síndrome de Asperger.

Sucede con frecuencia salir con la carabina de Ambrosio o con Domingo siete,  a toda pregunta se sale por la tangente, no hace caso de nada, ¡es imposible!   


No hay comentarios:

Publicar un comentario