lunes, 15 de septiembre de 2014

TIEMPO DE TEDIO



TIEMPO  DE  TEDIO

Las cualidades que tanto le habían atraído en un inicio, esa forma de contorsionar la boca, la manera de elevar  la ceja, su risa en cascadas vertida, la caída del pelo, esa ronca voz que parecía reventar con sus decibeles los hielos más fríos, su andar sosegado y en especial sus opiniones sobre la vida; ahora le parecía todo aquello, repulsivo.

Aquellas dulces caricias que tanto confortaban su ser, esos besos que la trasladaban al edén, los abrazos que una vez le fueron indispensables para sentirse en plenitud;  hoy en día no los soportaba.

-¿Cómo pude haber estado enamorada de esta basura? – meditaba  y eso que precisamente la había cautivado, que la había encantado cuando lo conoció, en el presente la tenía harta.

Las fantásticas cualidades que en un principio la habían seducido, se revelaron después como insoportables defectos, aquella mirada que la había conquistado, ahora le provocaba grima.

Sus opiniones  y comentarios antes siempre brillantes, llenos de elocuencia, claridad y  sabiduría; ahora le parecían opacos, ridículos, vacíos y confusos.

A su pareja le había sucedido lo mismo, cuando antes en su relación encontraba comprensión, aceptación y cariño; actualmente solo hallaba muecas de desprecio, gestos de rechazo, caras de ira, semblante de enfado; al amor lo había matado el tiempo.

Las llamas que una vez emergieron de una hoguera que parecía incendiarlo todo, aquella pasión de fuego incandescente se apagó de pronto, los años le cayeron encima como un balde de agua fría, las cenizas apagadas ya ni de testigo servían para probar lo que había sido su amor.

Lo que quedó, solo fue un ramo de flores marchitas en el suelo y una criatura partida en dos.

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