LA ARREMETIDA
MEDIÁTICA
¿Estará
preparado el oído del mexicano común
para soportar la arremetida
publicitaria que ya ha emprendido el imperialismo salvaje, para elogiar con las más modernas y
sofisticadas técnicas mercadológicas, la privatización generalizada y
especialmente la energética?
¿Podrá
resistir el inconsciente colectivo tal escalada de cápsulas, slogans, mensajes
abiertos y subliminales en contra de la soberanía nacional?
La
campaña denostando todo intento socialista, por infortunio, tiene sólidos
fundamentos, que hacen verosímiles los argumentos para atacar a las empresas
estatales, permeadas hasta la médula por la corrupción que el propio sistema
capitalista, inyecta a estas
instituciones, desarmando su defensa.
Hasta el
hartazgo han criticado al Gobierno de Cuba, tachándolo de anti-democrático y
dictatorial, convirtiéndolo virtualmente en una prisión desprovista de libertad
y progreso, sin jamás reconocer que sus rezagos en algunos rubros, son producto
del terrible e inhumano bloqueo en que el imperio, en complicidad con sus
lacayos, ha tenido a la isla.
Gritan
que Rusia, toda la antigua Unión Soviética y ahora hasta China ha vuelto la
cara a la economía de mercado, para incrementar su productividad y hacerse más
competitivos dentro de un comercio cada
vez más globalizado; sin tomar en consideración la explotación de la mano de
obra, la concentración de la riqueza, ni la devastación de nuestro planeta.
Insistirán
sin cansancio sus mensajes hasta penetrar dentro de las opiniones más
herméticas, además distrayendo la atención de los ciudadanos con eventos
pueriles, conociendo el fanatismo y la mansedumbre de las masas aficionadas a
cualquier pelota y a la velocidad de cualquier rueda.
Echarán
mano de la docilidad y superstición de la feligresía, se apoyarán en las
falsedades emanadas de los púlpitos para aplacar todo indicio de crítica, inconformidad o rebeldía, el rebaño obedecerá
ciego las arengas del pastor.
Harán
que las víctimas aplaudan a sus verdugos, sugestionadas hasta el cansancio por
el incesante bombardeo mediático, que desprestigia todo vestigio de
nacionalismo auténtico, glorificando los beneficios de la privatización,
haciendo confundir la propiedad de un anafre, una bicicleta, una choza o un
petate con la propiedad de una refinería; hasta quedar convencidos de lo
positivo de la entrega de la riqueza de la patria, en manos del capital privado
extranjero y nacional.
El reto
que tenemos enfrente es descomunal, el pueblo televidente y radio escucha
aparece inerme. Un puñado de traidores se presta a este despojo desde hace
muchos años, ya saborean su participación en el asalto final, así lo demuestra
Fox, Salinas, Calderón, Zedillo, Peña y sus demás secuaces que sin escrúpulos,
sin ética alguna, le hacen el juego al
Imperio que nos ha arrebatado ya más de la mitad del territorio nacional.
Una
clase profundamente corrupta y traidora, nos ha gobernado desde la Revolución,
con muy pocas excepciones.
La
patria nos llama, nos pide que vayamos en su auxilio, todo sacrificio vale la
pena, para sembrar el futuro de las siguientes generaciones
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