LOCURA
Un
fenómeno tras otro, se vienen sucediendo escalonados, cuando no llegan todos en
desbandada; son tuertos, viscos, cojos, mancos, deformes o se arrastran entre
escamas.
Monstruos,
cataclismos, meteoros, temblores, erupciones y diluvios; estremecedores para el
nervio, escalofriantes para el susto, descabellados para el loco.
Opuestos
y diversos efectos producen estas alucinantes apariciones, unas de los
demonios, otras de los dioses.
Provocan
escándalo, plegarias, lágrimas, agonía, risas y gritos; buenas noticias para
los templados, tristes augurios para los ignorantes.
Los
mismos fenómenos, idénticas bestias, hacen reír a los salvajes y horrorizar a
los cretinos; unos huyen de pavor al sentir la presencia del espanto, otros se
acercan curiosos para acariciar su lomo.
Los
enfermos ríen enseñando las muelas al verlo entrar, los padres tiemblan cuando
los alumbra con su antorcha apagada. Todo
ha quedado en tinieblas desde que emitió su último rugido, cuando estiró su
garra para sangrar la garganta de sus invocantes.
-¿Por
qué corren criaturas infernales? Nadie los va a desterrar al cielo, lo juraron
por Satán, vivo recuerdo del viejo pirata Pata de Palo con antifaz de bandido,
no teman al horror, no se oculten de la nauseabunda mirada del dragón de cien
lenguas flamígeras.
Pero
ustedes los pusilánimes sí peligran, ya pueden empezar a llorar sus miedos,
porque se les va secar el alma.
Agradezcan
al destino que no ha llegado por ustedes el demonio, ya los tenía en sus
listas, en la mira para ejecutarlos en el cielo, dejen ya de lamer sus
inmundicias, no masturben más sus dolencias, apártense de las sombras, salgan
de los rincones, bajen de los tejados, sacúdanse el polvo, exprímanse los
tumores y cuando se sientan acongojados, empiecen la letanía al borde de sus
sepulcros.
Los de
atrás, los que ríen, los que les sobra el tiempo, quítense máscaras y atuendos,
muéstrense desnudos, que se asomen sus huesos, sus viseras, sus encantos.
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