REFORMA EDUCATIVA **
Algunas
consideraciones al respecto de la educación básica, no solo en México, sino en
casi todo el mundo.
La
formación elemental en manos de cualquier iglesia resulta desastrosa para los
educandos, inyectando en sus fértiles e inocentes mentes una serie de
prejuicios, fundamentos inelásticos, mitos, falsedades y sinrazones o dogmas,
hasta ahogarlos en una ceguera casi total.
En
México y probablemente en la mayoría de los países del tercer mundo la pobreza
es endémica, por experiencia propia me consta que los niños del campo llegan en
ayunas a las escuelas, casi anémicos, con una deficiencia alimentaria que se
hace patente en su desempeño como alumnos, se quedan dormidos de debilidad y
hambre en los salones de clase.
En
efecto las maestras padecen de una ignorancia supina, su vocabulario es tan
estrecho como su raquítico salario.
El
sistema quiere formar entes dóciles, abnegadas, resignadas al destino de su
clase, apenas puede aspirar el niño
campesino a ser un buen ayudante de albañil, un disciplinado obrero, quizá
después un técnico calificado; el ideal para todos, es que sea un ciudadano ejemplar, presto a
obedecer ciegamente y someterse a los dictados de dios que lo vigila como un
alguacil a los reos.
El
sistema político “mexicano” se sustenta en la ignorancia de las masas y así
premia a quien nunca reclama ni protesta ante ninguna arbitrariedad, fomenta la
preparación de acarreados, de votantes, de apoyos “democráticos” para sus campañas electorales, la formación
de esclavos modernos, de buenos consumidores de alimentos chatarra, negocio de
las empresas trasnacionales que infestan la corteza del mundo entero.
La
educación actual facilita las mentes manipulables, somete el libre albedrío,
inhibe la crítica hacia sus autoridades, hace ciudadanos potencialmente
autómatas, aceptadores de toda clase de injusticias sociales, económicas y
penales.
Creo que
necesitamos una reforma educativa para romper con esa manipulación que, desde
el poder, se hace hacia las nuevas generaciones que vienen llegando en oleadas
y que no encuentran un terreno fértil para que germine su potencial.
La
escuela no debe ser una pequeña cárcel, donde el niño llega a sufrir
imposiciones, donde debe aprender a memorizar sin entender, donde se deforma su
inteligencia con dogmas, donde se exalta el éxito y la competencia, donde se
admira al triunfo, donde hay un solo ganador y los demás son perdedores, donde
se fomenta la envidia, donde se castiga el error con penas, con vergüenzas. Hablan de extender las horas de clase, ¿acaso
les han preguntado a ellos?
La
educación en su más puro concepto es lograr que el educando despliegue sus
latentes cualidades, mostrarle con el ejemplo las ventajas de las virtudes, enseñarlo a pensar
antes que a memorizar, a ser colaborativo, a ser cooperativo, a ser solidario,
a ser responsable.
Los
profesores de primaria tienen en sus manos esa digna y trascendente tarea.
La
educación es la actividad más importante de todas, requiere nuestra
participación, en los niños está la veta del futuro humano, hay quien quiere
hacer de México un país del primer mundo, un país con crecimiento económico
acelerado como objetivo prioritario y casi único, ven a los países ricos y
desarrollados como el ejemplo a seguir; sin considerar que el planeta no
resiste más destrucción, más extracción devastadora, más basureros de
desperdicios, más contaminación.
No se
trata de hacer a toda la gente rica, se trata de hacer a las nuevas
generaciones felices, armónicas.
Allí
está el país más poderoso de la tierra, encabezado por un Premio Nobel de la Paz,
amenazando con una nueva guerra; muchos pensaron que por ser negro iría a ser
más humano, que decepción, igual que los Bush,
Reagan o Nixon, prestos a seguir
la política belicista, a solucionar la crisis interna del capitalismo con sus
altos niveles de desempleo, generando una guerra que dará trabajo a la enorme y
siempre dinámica industria armamentista, vicio de los imperios, colmados de
religiosidad creacionista.
Nuestra
orgullosa civilización será un rotundo
fracaso si no detenemos la guerra y si no implementamos una nueva educación a
los niños para ser verdaderos seres humanos pensantes, libres y conscientes.
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