martes, 16 de septiembre de 2014

REFORMA EDUCATIVA



REFORMA  EDUCATIVA **

Algunas consideraciones al respecto de la educación básica, no solo en México, sino en casi todo el mundo.
La formación elemental en manos de cualquier iglesia resulta desastrosa para los educandos, inyectando en sus fértiles e inocentes mentes una serie de prejuicios, fundamentos inelásticos, mitos, falsedades y sinrazones o dogmas, hasta ahogarlos en una ceguera casi total.
En México y probablemente en la mayoría de los países del tercer mundo la pobreza es endémica, por experiencia propia me consta que los niños del campo llegan en ayunas a las escuelas, casi anémicos, con una deficiencia alimentaria que se hace patente en su desempeño como alumnos, se quedan dormidos de debilidad y hambre en los salones de clase.
En efecto las maestras padecen de una ignorancia supina, su vocabulario es tan estrecho como su raquítico salario.
El sistema quiere formar entes dóciles, abnegadas, resignadas al destino de su clase, apenas puede aspirar  el niño campesino a ser un buen ayudante de albañil, un disciplinado obrero, quizá después un técnico calificado; el ideal para todos,  es que sea un ciudadano ejemplar, presto a obedecer ciegamente y someterse a los dictados de dios que lo vigila como un alguacil a los reos.
El sistema político “mexicano” se sustenta en la ignorancia de las masas y así premia a quien nunca reclama ni protesta ante ninguna arbitrariedad, fomenta la preparación de acarreados, de votantes, de apoyos “democráticos”  para sus campañas electorales, la formación de esclavos modernos, de buenos consumidores de alimentos chatarra, negocio de las empresas trasnacionales que infestan la corteza del mundo entero.
La educación actual facilita las mentes manipulables, somete el libre albedrío, inhibe la crítica hacia sus autoridades, hace ciudadanos potencialmente autómatas, aceptadores de toda clase de injusticias sociales, económicas y penales.
Creo que necesitamos una reforma educativa para romper con esa manipulación que, desde el poder, se hace hacia las nuevas generaciones que vienen llegando en oleadas y que no encuentran un terreno fértil para que germine su potencial.
La escuela no debe ser una pequeña cárcel, donde el niño llega a sufrir imposiciones, donde debe aprender a memorizar sin entender, donde se deforma su inteligencia con dogmas, donde se exalta el éxito y la competencia, donde se admira al triunfo, donde hay un solo ganador y los demás son perdedores, donde se fomenta la envidia, donde se castiga el error con penas, con vergüenzas.  Hablan de extender las horas de clase, ¿acaso les han preguntado a ellos?
La educación en su más puro concepto es lograr que el educando despliegue sus latentes cualidades, mostrarle con el ejemplo las  ventajas de las virtudes, enseñarlo a pensar antes que a memorizar, a ser colaborativo, a ser cooperativo, a ser solidario, a ser responsable.
Los profesores de primaria tienen en sus manos esa digna y trascendente tarea. 
La educación es la actividad más importante de todas, requiere nuestra participación, en los niños está la veta del futuro humano, hay quien quiere hacer de México un país del primer mundo, un país con crecimiento económico acelerado como objetivo prioritario y casi único, ven a los países ricos y desarrollados como el ejemplo a seguir; sin considerar que el planeta no resiste más destrucción, más extracción devastadora, más basureros de desperdicios, más contaminación.
No se trata de hacer a toda la gente rica, se trata de hacer a las nuevas generaciones felices, armónicas.
Allí está el país más poderoso de la tierra, encabezado por un Premio Nobel de la Paz, amenazando con una nueva guerra; muchos pensaron que por ser negro iría a ser más humano, que decepción, igual que los Bush,  Reagan o Nixon,  prestos a seguir la política belicista, a solucionar la crisis interna del capitalismo con sus altos niveles de desempleo, generando una guerra que dará trabajo a la enorme y siempre dinámica industria armamentista, vicio de los imperios, colmados de religiosidad creacionista.
Nuestra orgullosa civilización  será un rotundo fracaso si no detenemos la guerra y si no implementamos una nueva educación a los niños para ser verdaderos seres humanos pensantes, libres y conscientes.             

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