NUEVO ORDEN MUNDIAL
De un
tiempo para acá, se ha estado hablando mucho y han aparecido enorme cantidad de
páginas en Internet sobre este candente tema, prácticamente todos los días
suben nuevas versiones amarillistas, casi catastróficas sobre la conspiración de ciertas sociedades
secretas que, en las sombras, preparan y paulatinamente introducen estrategias
encaminadas para implementar un “nuevo
orden mundial”
A los Illuminati,
al grupo Bilderberg, a la Masonería, a los Skul & Bones, a la Reserva
Federal, al Sionismo, a los Judíos, a los Rockefeller y Rothschild y a otras
organizaciones mundiales de misteriosa procedencia, se les responsabiliza de
semejante “amenaza” como si actualmente viviéramos dentro de un
mundo ordenado. Enfatizan en la
existencia de un plan confabulado por las élites para esclavizar a la humanidad,
bajo un solo gobierno dictatorial, en beneficio de unos cuantos amos del mundo.
No
obstante lo que hoy experimenta el mundo es un terrible desorden, el aparato
económico puesto en marcha durante la revolución industrial, ha ido avanzando sin directriz, ahora es un
alud con una inercia gigantesca, una avalancha que se precipita aceleradamente
sobre la tierra y consecuentemente encima de nosotros, de la humanidad
completa.
La idea
de un orden mundial no es descabellada, está en oposición con quien defiende a
ciegas al neoliberalismo rampante, al capitalismo salvaje; la sola idea de
intervenir en la economía, para tratar de regularla, les parece una blasfemia
socialista que apesta a comunismo.
El
ordenamiento en la economía es más que urgente, no puede ya esperar; el
deterioro irreversible de los recursos del planeta es alarmante, el
calentamiento global no es un mito, es una evidente realidad que, ya se deja sentir
en todas las latitudes.
Sobra
detallar cada uno de los puntos críticos donde se manifiesta la devastación que
actualmente produce el desorden, requerimos una inteligente y consciente
estrategia económica global, que no tenga como prioridad la acumulación de
riqueza, que no se base en el consumismo, que no se guíe por los indicadores
del crecimiento del PIB ni por las utilidades de los capitales invertidos en
las actividades más lucrativas, como ha venido sucediendo en los últimos
siglos.
Tenemos
que convocar a todas aquellas propuestas que apunten a la inclusión de
absolutamente todos los seres humanos que habitamos la tierra, haciendo énfasis
en los más desprotegidos; recordando que todos sin excepción, estamos estrechamente vinculados dentro de la misma
atmósfera; urge el control natal, una cultura demográfica responsable, los criterios dogmáticos religiosos no deben ser obstáculo para frenar el crecimiento de la población humana.
Un Orden Mundial que para
empezar, frene el deterioro ambiental y para ello, obstáculo a vencer
es detener el crecimiento tanto el demográfico como el económico industrial, que impulsa
automáticamente, la inercia histórica.
Exacto!
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