lunes, 28 de septiembre de 2015

PETICIÓN CÓSMICA



PETICIÓN  CÓSMICA

Mándame nacer en la tierra, le imploraba al dios todo poderoso, aquél desventurado habitante de un miserable planeta, perdido en la constelación Bartholi.

¿Por qué aquí  pusiste esta gravedad tan pesada? Mira como me arrastro aferrado al suelo, parezco más que un ser vivo, una sombra o una calca; acá no llueve agua, es puro lodo radioactivo lo que cae de esas nubes de negro polvo, las plantas se reducen a estas malditas algas hediondas que me tienen asqueado junto con esos repugnantes gusanos, es todo mi alimento, aquí solo plagas, infecciones, pestes y letales virus, que no me dejan un momento en paz.

No, no seas infame, no me hagas reencarnar en este pantano de inmundicias, donde la temperatura cala hasta la médula; quiero alejarme de estos monstruos, cuya única actividad es acosar, hasta devorarme con esas mandíbulas de donde sale esa bífida y babeante lengua, rodeada de puntiagudos colmillos.

Cuentan que allá en la tierra hay cielo azul, selvas y bosques que oxigenan la atmósfera, árboles enormes que purifican el ambiente; aquí en cambio es un páramo infernal lleno de ponzoñosos insectos, que vuelan por todos los rincones en mi busca, para saciar sus criminales instintos.

Allá viven felices, dentro de un paraíso; aquí me ahogo con ese diabólico humo que emana de los cráteres abiertos de donde salen nauseabundos y letales olores que me asfixian por dentro. Mira como se me han hecho las orejas, en el afán de acallar el ensordecedor ruido que no deja de atormentarme un solo instante; date cuenta del trastorno que padezco con tanto ataque por parte de esos fantasmas esquizofrénicos que me diste por vecinos y que la pasan vengando en mí, sus calamidades.

¿Por qué a los terrícolas les diste tanto? Agua, mares, ríos, cascadas, lagos, costas y fértil tierra.  En cambio aquí, a duras penas, un desierto plagado de escorpiones y serpientes venenosas que me persiguen momento a momento ¿Por qué? Dios. Me he muerto mil veces y una y otra vez, a pesar que te hago tantos sacrificios, vuelvo a encarnar sobre este repugnante planeta, lleno de desgracias.

Cámbiame ¡oh! Osiris, llévame con tu poder a reencarnar en la tierra, en África, en Asia, en Indonesia o en polo sur, por tu madre Isis, te lo suplico.           

No hay comentarios:

Publicar un comentario