LOS
JUDÍOS
Se
prestan a discusión polémica los diversos criterios subjetivos sobre los hechos
históricos, así hay opiniones sobre la existencia de una conspiración hebrea,
derivada quizá de la tradición del Pentateuco bíblico, que traslada hasta
nuestros tiempos, aquella promesa de la tierra de Canaán, concretada finalmente
a principios del siglo XX, en Israel.
En
el inicio de nuestra era, los judíos que
no fueron asesinados, fueron expulsados de aquellas tierras, por el imperio romano;
desde entonces fueron errando por el mundo, sin poder tener arraigo, toda
geografía estaba ocupada; lo que les queda, es mercar entre los diferentes
pueblos, así nace su habilidad para el comercio, con las ganancias derivadas
viene la acumulación de capital y por consiguiente el espíritu financiero, el manejo de intereses, la usura y la
avaricia, pero sobretodo el enorme poder que encuentran en ello, ventajas de la
riqueza para prestar dinero y favorecer sus negocios.
Estas
circunstancias históricas fomentaron aún más su ya religiosa pureza étnica,
impidiendo su integración racial a las naciones donde lograron por fin asentarse, también les obligó a
superar la enorme adversidad que representaba su carácter de etnia sin
territorio y crear una sólida fraternidad entre sus miembros diseminados
alrededor del mundo, víctimas de la
discriminación; el resultado a lo largo de los siglos, fue el sionismo, un
movimiento de reivindicación social, geográfica, política y religiosa.
No
todos los descendientes de aquella tribu hebrea primitiva integran la poderosa
clase que participa en el dominio financiero mundial, sino que subsisten grupos de judíos marginados de ese poder que
hoy en día, llevan una existencia como la de cualquier otro grupo étnico;
también es cierto que multimillonarios no hebreos, participan en el control
económico de nuestro mundo.
Muy
alta es la proporción de personajes judíos que han destacado en las esferas
científicas, artísticas y políticas; que nada tienen que ver con la dominación
financiera capitalista de nuestro tiempo.
Es
un error pensar que Carl Marx, por ser judío, su obra debe descalificarse por
ser parte de la conspiración sionista para esclavizar a los gentiles. Es
ampliamente reconocido el talento de los judíos en muchas áreas del
conocimiento humano, quizá debido a su
eterna persecución en Europa.
El
mayor desvarío de los judíos en la historia, es saberse el pueblo elegido,
excluyendo al resto de los hombres y tener un dios vengativo y violento que
siembra odio entre herederos, sin que hasta el día de hoy haya señales de
reconciliación. Es otra maldición de las religiones.
Voces
fascistas y nacionalistas argumentan que los judíos inventaron el comunismo
para someter a esclavitud a la humanidad, como si esta filosofía no fuera la
respuesta de siglos de explotación del hombre por el hombre, como la expresión
de una denuncia histórica de la opresión de los trabajadores por la burguesía
opulenta, enriquecida sobre la miseria de los proletarios.
El
hombre es fundamentalmente universal, esa igualdad debiera unirnos en un
concierto armonioso, todas las barreras excluyentes deben ser derribadas por la
razón; el bien de la humanidad entera el objetivo a conseguir.
El
satanizar a los todos los judíos por el simple hecho de pertenecer a esa etnia
es una aberración, el que los grandes capitales financieros sean de familias de
ese origen, no autoriza a generalizar.
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