lunes, 28 de septiembre de 2015

CONSCIENCIA UNIVERSAL



CONSCIENCIA  UNIVERSAL

La humanidad es una avalancha desprendida, que desde sus orígenes se ha venido complicando hasta dar aquí, ahora.
¿Cómo es que me he convertido en lo que soy?  ¿Cómo es que me he venido transformando desde la nada en este algo? Así, así me he ido cambiando…….
Primero fui lo más simple y sencillo, a lo extenso de los milenios, aquello se fue diversificando, paso a paso,  muy lentamente. La vida nos emparienta con todos los seres, solo nos diferenciamos por peculiaridades y minúsculas variantes cuantitativas de nuestras fórmulas, mismas que nos convierten en ejemplos de la diversidad natural.
Heme aquí viendo mis armas, mis manos, mis pies, mis muslos, mis brazos y mis piernas envueltas en el deleite de un abrigo dérmico que sabe dar caricias y recibir consuelo.
Volteo al paraíso arcaico, allá donde mis antepasados tuvieron arduas jornadas para sobrevivir, obedeciendo códigos secretos ordenados en sus genes, ahí vienen marchando con sus lanzas y cubiertos con pieles, aquellos primeros pobladores de nuestro mundo, allá avanzan los nómadas en busca de sombra, en perenne encuentro con el destino.
Ellos en su absoluta inocencia, con su desconocimiento total del mundo, solo obedeciendo  al soplo mágico de sus primitivos instintos. Ellos, los primeros, los básicos, sin memoria, sin registros, sin artificiales limitaciones, cuidándose tan solo de los depredadores que acechan tras los matorrales, encima de la peña o agazapados entre la maleza.
Ahí van en grupo, las hembras cargando a sus críos, rezagadas; los machos diseminados en estratégicas formaciones para protección de la manada.
Conmovido hasta la médula al ver  aquellos todavía casi simios arrastrando sus exiguas pertenencias, allá en los albores del arduo peregrinar  de nuestros ancestros.
Desamparados, abandonados al azar, a la fortuna, a la suerte, al destino impredecible, así llegamos hasta ser lo que somos.
Algunos creyendo conocer las leyes divinas, sintiéndose  depositarios de los códigos sagrados de una creación al gusto de los profetas de la religión de los elegidos.
Otros, sencillamente asombrados de sabernos en esta aventura cósmica, que ya rasca la conciencia universal.       




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