ROMPIENDO EL
EQUILIBRIO
Cuando
se eroga más de lo que ingresa, surge el déficit; cuando el ingreso es mayor
que lo que se gasta, aparece el superávit; esto sucede en cualquier
sistema.
Si los
gastos y los ingresos son iguales, hay equilibrio en la balanza; establecida
esta ecuación, podemos deducir que, desde los micro hasta los macro sistemas
obedecen los mismos principios homeostáticos.
La
economía también se inserta en esta dinámica: Cuando consumes más de lo que
produces y viceversa, es decir almacenas, gurdas reservas, acumulas ahorros,
generas capital para emergencias e inversiones.
Los
sistemas guardan cierto saludable desequilibrio natural para funcionar, hay un
determinado desgaste compensatorio que a la larga hará evolucionar al propio sistema. Aquí es donde aparece la primera alarma para
el hombre, como eje fundamental del rendimiento, funcionamiento y desempeño
ecológico del planeta, con nosotros como una infección, como una plaga
parasita.
Los
recursos limitados de la tierra se abaten en similar proporción al crecimiento
de la actividad humana y a la expansión demográfica, viene luego claramente, el
déficit ecológico. Nos acabamos los
inventarios, consumimos más de lo que hay, nuestra producción se reduce a
transformar materias primas en energía y artículos para los diferentes
mercados.
No
conocemos con exactitud cuando llegará el punto de quiebre en el que el déficit
ecológico será irreversible al acelerar sus indicadores, a tal grado que la
sobrevivencia de nuestra especie será insostenible; una cuestión que resolverá
el tiempo, si antes no actuamos con la debida anticipación, si no tomamos las
riendas de la economía dentro de un marco colectivo de consciencia, que nos
permita disminuir ese déficit significativamente.
De lo
contrario, estaremos condenados a la extinción o a emigrar a otro sistema
solar.
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