EL PAJARITO
¡Qué
dulce canta ese pajarito de colorido y hermoso plumaje, cómo revolotea a mi
alrededor, plegando y extendiendo sus alitas, con qué ternura se aleja y se
acerca sacudiendo su piquito y meneando con gracia angelical su colita,
abriendo con sublimes destellos sus ojitos, me tiene fascinado con su vuelo
seductor, hace sentir la alegría del
bosque; así pensaba aquel ingenuo gusano que se arrastraba entre la hierba,
cuando el pico de aquel gorrioncillo se abrió para deglutirlo en medio de las flores,
las ramas y los retoños de aquella floresta.
Parecía
inofensivo reflexionó un testigo, nunca sospeché que fuera un carnicero
asesino, se tragó no solo a ese pobre gusanito que nada le había hecho, sino
que ahora la arremete contra esa santa libélula que distraída zigzaguea entre
los matorrales, buscando su comida.
Quien lo
dijera, solo viéndolo se puede creer que semejante avecilla sea peor o tan
canalla como un buitre, pasa rozando entre las ramas entonando el himno de la
vida, pero en el fondo es tan cruel como el más feroz de los reptiles.
Qué
decir de esos patos con su cadencioso andar, son el azote de las Lombrices que
se esconden de sus picotazos bajo la tierra, ahora pienso que si los conejos
tuvieran colmillos, garras y agallas, ya se nos hubieran echado encima.
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