LA BOCA
Se acabaron las conversaciones, se terminaron las pláticas y
las tertulias donde se dialogaba, las amenas charlas pasaron al cementerio del
pasado; se agotó el verbo y la lengua dejó de decir; todo lo borró la
tecnología; el primer gruñido del hombre y el último suspiro de la mujer están
ya sepultados bajo el polvo del olvido.
Las ondas electromagnéticas arribaron con el telégrafo,
después el radio, la televisión y el teléfono fijo, pero el celular móvil vino
a dar el último golpe de gracia a la palabra hablada de boca a boca.
Ya nadie escribe con pluma o lápiz en una hoja, todo se
reduce a un teclado donde se oprimen botones insensibles que envían a
distancias inconmensurables señales codificadas que anticipan pensamientos
presupuestados; se cabo el susurro al oído, la caricia de las voces, el tono
enamorado; hoy todo es estridencia magnética de sonidos muertos que resucitan
con las conexiones casi impersonales de ruidos sin cables.
Las ondas atraviesan paredes y membranas, todo se reduce a
vibraciones, a transformadores, condensadores, micrófonos, bocinas, audífonos,
enchufes y electrones.
La boca perdió el habla, ahora solo mastica, chupa, lame, se
encoge, se muerde la lengua, pero sobre todo, calla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario