jueves, 18 de octubre de 2018

¿DE QUÉ SE TRATA?


¿DE QUÉ SE TRATA?
Cuando estés muerto entenderás todo- le decían- no te preocupes ahora, la verdad te será revelada cuando hayas cruzado el umbral de la vida, se paciente, todo llegará a su hora, no te precipites ni te desesperes. ¿Por qué querer escarbar hasta los límites, más allá de los confines de la abstracción más absoluta? ¿Por qué espulgar todos los rincones y atravesar mil laberintos? ¿Por qué incrustarse en los pantanos donde la ponzoña crece? ¿Por qué penetrar en las profundidades espeluznantes? ¿Por qué desafiar al monstruo encadenado? ¿Por qué huir por el monte perdido? ¿Qué te empuja al abismo?
-¡No! Ya muerto para qué- contestaba irritado, yo lo quiero saber ahora que todavía estoy vivo, que los misterios se abran, que se transparenten, que caigan las mentiras, que se despeje la bruma que envuelve a las ideas, que al menos me quede satisfecho con una explicación convincente.
-¿Acaso no estás satisfecho con la vida, ni contento con tu estilo ni conforme con tu destino?-
-¿Acaso alguien lo está? Basta de religiones mediocres, de doctrinas infames, de dogmas irracionales, de ecuaciones cuánticas; de complejas fórmulas de bosones, quarks, iones y partículas subatómicas, ya estoy harto de aproximaciones relativas, de hipótesis paradigmáticas, de discusiones bizantinas, discursos dialécticos y de teorías sospechosas.
Hipnosis y telepatía me tienen más que desconcertado, que no hay una fuente fidedigna que me diga ¿de qué demonios se trata todo esto? Ustedes lo saben les gritó y no quieren decirme….
-Quiero evadirme, olvidarme, irme, descansar, no volver jamás, ¡nunca jamás!
Furioso contra todos, tomó a uno del cuello, lo zarandeó con mucha violencia y empezó a ahorcarlo con saña inaudita, hasta que se puso morado en la asfixia, - suéltame – alcanzó a decir la víctima y te lo diré en un instante, solo entonces aflojó sus manos y le dijo, dímelo.
Entonces el ahorcado medio muerto, sacó un puñal clavándoselo en el esternón, diciéndole con fuerza: -De esto se trata ¡cabrón!  
Ni así entendió nada.    

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