sábado, 7 de enero de 2017

EL CUIDADOR

EL CUIDADOR

Desde pequeño era alérgico a regaños y reprimendas, nunca aceptó ser corregido, no soportaba acusaciones, ni toleraba ser castigado por nada; por eso huyó, largos años se ausentó de todo, nadie supo que fue de él en aquellos tiempos.
Hasta hoy rehúsa integrarse sanamente a la sociedad, rechaza todas las ofertas de trabajo; se le ha invitado a formar parte de un equipo de ventas de bienes raíces, no acepta; luego se le han ofrecido cantidad de empleos en ventas como agente, no quiere; en seguros, servicios funerarios, automóviles, viajes se niega;  a cada uno los rechaza.
Hace poco se le invitó para oficinista en una ventanilla de una dependencia oficial, el resultado fue el mismo; se le propuso cambacear fino y alegre producto casa por casa, se resistió; también se le planteó como obrero en una línea de producción en una fábrica de la zona industrial, declinó.
Como albañil, vigilante, carnicero o almacenista tampoco; como campesino, mecánico, cobrador, pescador, cargador o jardinero y se burló.

Como promotor de inversiones, tampoco; haciendo tacos, buñuelos o tamales y corrió; finalmente se le conminó a pertenecer a una pirámide multinivel de artículos cosméticos y para el hogar, se excusó. Dice que ni de presidente, lo que le gusta es cuidar coches en la alameda, - es mi vocación y de aquí – dice –  ¡nadie me saca!-        

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