EFECTO DE
LAS RELIGIONES
¿Las religiones han hecho un mundo mejor? Preguntemos a los padres de
las doncellas sacrificadas en los ritos paganos de la antigüedad, qué nos dirán
las víctimas de los holocaustos ofrecidos a las deidades de la historia.
Indaguemos con los feligreses despojados de sus pertenencias en las
invasiones de los fanáticos de otras creencias, veamos qué nos dicen los moros
de los cruzados que asediaban sus ciudades con insólito rencor. Penetremos en
los monasterios a presenciar cómo los monjes, frailes y acólitos se enredan en
diabólicos aquelarres sexuales dignos del infierno, pero con la bendición
papal.
Auscultemos las finanzas de las iglesias para encontrar sorpresas
económicas, producto del arrebato a los inocentes creyentes, atemorizados por
la amenaza de la eterna condena.
Levantemos sotanas y hábitos de monjas y sacerdotes para hallar los más
aberrantes pecados de concupiscencia desenfrenada.
Saquemos a la luz el sufrimiento indescriptible de los pecadores repletos
de sentimientos de culpa, acusados por las falsas doctrinas de los ministros
apócrifos todos.
Preguntemos a los libres pensadores que fueron martirizados y quemados
vivos en la hoguera por las huestes de la inquisición encomendada a Torquemada.
Sopesemos el odio generado por voluntad de los jerarcas religiosos, capaces
de cometer toda clase de atrocidades para ensanchar sus privilegios.
La realidad ha sido torcida por los dogmas amedrentadores colgados de
altares, templos y capillas, induciendo el culto a la mentira.
Las religiones huyen de la verdad, son alérgicas al entendimiento sensato,
se ahuyentan despavoridas frente a la filosofía, son temerosas de la
dialéctica; con hipocresía infinita arrinconan al creyente incauto y preponderan
la venganza de sus dioses, para quien
reniega de sus absurdas necedades.
Las religiones dan consuelo al criminal, perdonan al asesino, premian al
cobarde, aplauden al tirano, repudian a los disidentes, odian a su competencia,
son sectarias, están infectadas de inmoralidad.
Sin religiones el mundo sería mucho mejor, basta detenerse y ver el
desastre en el medio oriente donde su perfidia es peor.
Cuánto daño han hecho las religiones al hombre y se lo seguirán haciendo,
mientras esas arcaicas tradiciones no sean aplastadas definitivamente
por la razón.
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