miércoles, 10 de agosto de 2016

EL TERROR

EL  TERROR

¿Cómo es que alguien puede congratularse con el terrorismo? ¿Cómo es posible que alguien pueda alegrarse de actos tan deleznables como los que frecuentemente ocurren en nuestro tiempo?
¿Qué pensamientos cruzarán por las mentes suicidas de creyentes fundamentalistas, para perpetrar y aplaudir esta clase de acciones contra inocentes?
¿Qué ideas se fraguan en estos patéticos y enfermos cerebros para asesinar niños, ancianos, mujeres y hombres que pasean distraídamente sin ser peligro para nadie?
¿Por qué ocurren estas tragedias? ¿Habrá algo que las justifique?
 Es tan grande el odio que nos tienen,  que están dispuestos a morir en su abominación.
 ¿De dónde proviene esa rabia?  ¿Les molesta nuestra existencia?  ¿Qué se sienten al ejecutar estas masacres indignas de un ser humano?
Es inentendible para la inmensa mayoría de los mortales, provienen de perversidades abyectas que ni siquiera las bestias más primitivas cometen.  ¿Qué semillas de infamia inocularon en sus mentes desviadas, para convertirlos en terroristas y criminales? 
Cualquier doctrina, religión o creencia que fomente y excuse este tipo de actos, no tiene ni explicación ni cabida en la civilización, son ideas cargadas del veneno, de odio, de rencor, de despecho.  Quienes inducen, ordenan, contribuyen o ejecutan actos terroristas de la magnitud que sea, no tienen perdón, ni en el ámbito humano, como tampoco en la religión que profesen, sea cual sea.

Si el papel de las religiones no es la concordia entre los hombres, mejor desaparecerlas.  Por eso no hay mejor ejemplo de confianza, que el ateo.  

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