SI NO HAS CONOCIDO.
Los extremos de la
dualidad enseñan a valorar lo que se tiene, solo hasta que se pierde.
Si no has conocido la enfermedad, no puedes valorar la
salud; si no conoces el dolor, no puedes apreciar el bienestar; si no conoces
la guerra, no sabes disfrutar la paz; si no conoces la sed, no puedes aquilatar
su saciedad; si nunca has sentido hambre, no sabrás lo que es saciarla; si no
conoces el deseo, no sabrás lo que es el éxtasis; si no has sufrido la soledad,
no podrás valorar la buena compañía; si no has sentido congelarte, no podrás
apreciar lo que es abrigo; si no conoces el insomnio, no te darás cuenta lo que
significa el sueño; si no conoces la traición, no sabrás lo que es la lealtad;
quien no se ha cansado, no conoce los beneficios del descanso; quien no ha
errado, no aprecia el acierto.
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