miércoles, 23 de marzo de 2016

HOLISMO

HOLISMO

Las discrepancias sustanciales de los credos en eterna pugna, entran en el ámbito de lo absurdo.

Cuando la interpretación del mundo no se hace libremente, se cae en la enajenación, se está alienado; la crítica de la razón pura brilla por su ausencia.

La dialéctica no tiene entrada para sintetizar las tesis, son posiciones irreconciliables; sus razones obedecen a la lógica reduccionista.

Esta reducción es real, existe, es evidente; dentro de ella hay conflictos en sus respectivas sub-reducciones y así hasta llegar a hipo-sub-reduccionismos, como lo es el conflicto entre los Sunnitas y Chiitas, ambas ramas del Islam.

Cuando las culturas se cristalizan en las familias, los críos son educados de acuerdo al reduccionismo correspondiente a esa sociedad.

Judíos, Cristianos y Musulmanes comparten el mismo tronco religioso, cualidad que les debería unir y no estar siendo enemigos desde el origen de la historia; esta aberración – que nada tiene que ver con el hombre universal y libre – afecta negativamente la paz del mundo.

Mientras se continúe viendo al mundo desde  las trincheras reduccionistas, el hombre no saldrá de su atraso como ser universal, más allá de posiciones fragmentarias, absurdas, encerradas en sí mismas, arrinconadas en fanatismos míticos, propios del retardatismo evolutivo.

De nada sirven los indiscutibles adelantos científicos y tecnológicos a los que hemos llegado, treinta mil armas nucleares penden de frágiles hilos sobre nuestras cabezas, como la espada de Damocles, aunque no profesemos ninguna de estas confesiones.


Nuestro único pecado es ser ateos, incrédulos, agnósticos, escépticos o libres pensadores; solo víctimas de una locura que se viene arrastrando hace milenios, en la tradición de una leyenda absurda.               

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