miércoles, 23 de marzo de 2016

CONTROVERSIA VITAL



CONTROVERSIA  VITAL

Mientras la humanidad no esté unida como un todo, es decir como una misma especie en peligro de extinción, la vida del hombre seguirá dando tumbos, continuará deteriorándose hasta el colapso. Nada ni nadie será capaz de salvarlo, excepto él mismo. Mientras duren sus divisionismos raciales, sus fundamentalismos religiosos, sus fanáticos sectarismos, sus ansias de dominio y sus ambiciones permanentemente insatisfechas, continuaremos avanzando hacia el acabose.
Mientras las multifacéticas acciones humanas se sigan contradiciendo y no vayan todas en una misma dirección que apunte hacia la salvación del planeta y por ende  la de nuestra especie, continuaremos haciendo de este mundo un infierno, como lo atestigua la historia de los recientes  sucesos terroristas y la pugna de las grandes potencias, por las ricas zonas petroleras, que aún quedan en la tierra.
Cada ideología, cada religión, cada bloque económico, cada grupo, cada equipo, cada clase social, cada entidad y cada individuo solo pensando y actuando para su propio beneficio en este océano de competitividad.  El pensamiento reduccionista que se enfoca en la inmediatez, sin considerar el todo en su conjunto, esa forma de pensamiento prevalece automáticamente, en este nuestro mundo, que nos ha sido heredado. 
Cuando en un conjunto sus componentes no funcionan armoniosamente coordinados, sobreviene el caos, la enfermedad; si por un lado limpias y por otro ensucias, no habrá verdadero saneamiento. Por un lado se fomenta, se alienta, se procura la inversión en la destructiva industria automotriz, (ahora en San Luis llamada orgullosa y pomposamente closer automotriz) millones de vehículos ingresan anualmente al saturado parque vehicular, complicando aceleradamente la sobrevivencia serena del hombre y por otro lado las contingencias ambientales se hacen recurrentes en la Ciudad de México y en las principales zonas urbanas del país, deteriorando la calidad de vida de todos quienes habitamos en ellas.
Por una parte se promueve la expansión de la minería depredadora y por otra hay justificadas quejas de la contaminación de los mantos acuíferos.  La industria armamentista es una de las que promete mayor tasa de retorno de las inversiones, pero sus productos provocan daños, sufrimiento y muerte a millones de seres humanos alrededor de todo el mundo. Así ocurre con cantidad de industrias, que nuestro sistema basado en el consumismo ilimitado, promueve ciegamente. Los empleados no se equivocan, simplemente cumplen las ordenes lo mejor que pueden a fin de conservar su confort, su capacidad de decisión está bien delimitada, dentro de los parámetros establecidos por las matrices. El mundo se hace desechable, la velocidad del consumo tiene que crecer  a pasos agigantados, así lo exige el sistema, como si los recursos naturales fueran infinitos y el entorno ilimitado.
Enaltecen al comercio internacional como una especie de panacea, como al  TLC y TPP, siendo que el transporte de mercaderías - muchas veces dispensables, superfluas, innecesarias y hasta dañinas – es causa de enormes dispendios de energía para mover cargas de un continente a otro. La tendencia congruente en un pensamiento holístico ecológico es consumir lo que regionalmente se produce, para evitar en lo posible los costosos y contaminantes traslados. 
Mientras subsistan acciones que vayan en sentidos contrarios, el bienestar del hombre seguirá seriamente amenazado. Cuando todas las actividades humanas se encaminen en el mismo sentido, con la misma lógica de salvaguardar el futuro de la especie, respeto y veneración por nuestro planeta, solo entonces el hombre habrá dado el salto hacia un mundo mejor para sus hijos.                  

   

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