OFERTA EXTRANJERA
La excusa
con la que, en última instancia, argumentan los promotores de la reforma
energética, tan aplaudida por los medios, es que buscan precios más bajos y
mejor calidad al consumir los productos, sujetos a la entrega al capital
trasnacional.
Argumento
superficial y muy convincente a corto plazo, de bote pronto resulta
sencillamente magnífico para el consumidor; cualquier objeción colateral,
pierde su peso ante tan aplastante planteamiento.
Podrás-
dicen al pueblo – contar con mejor y más
barata gasolina; lo mismo ocurrirá con la electricidad, después el agua, el
gas, la educación, la salud, la alimentación, etc.
La fórmula
mágica que implementan ya, los tecnócratas neoliberales, bajo la batuta de la
banca internacional, sin el consentimiento de la consciencia nacional; implica
irremediablemente la renuncia de la soberanía mexicana, la de sus aspiraciones
de autonomía e independencia política y económica, la renuncia a sus proyectos
de autosuficiencia alimentaria y energética, a su libertad y dignidad.
Conceptos
calificados como trasnochados por los apologistas de las reformas diseñadas más
allá de nuestras fronteras. Nos
encajonan en el consumo, como la acción primordial que los extranjeros
condicionan a su antojo.
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