viernes, 26 de febrero de 2016

NUEVA ESCLAVITUD

TEMPORARY WORK AGENCY
OUTSOURCING
LA NUEVA ESCLAVITUD

La injusticia del sistema explotador de las necesidades de supervivencia se extiende a todo lo ancho de nuestro mundo, una forma que por su propia esencia tiende a favorecer a unos cuantos beneficiarios que acrecientan sus riquezas, por ende su poder y propicia el abuso de la fuerza laboral de empleados y trabajadores.
Al interior del país “más democrático” de la tierra, que por desafortunado azar del destino nos tocó de vecino, se cometen verdaderas injusticias con inmigrantes, especialmente con los indocumentados, de los que por desgracia, gran proporción son compatriotas nuestros. 
El estilo norteamericano con el que millones de latinoamericanos sueñan, es en realidad para ellos, una cruel pesadilla; como lo atestiguan cotidianamente miles de personas que cruzan nuestro territorio, con la ilusión de llegar al inhospitalario país del Norte, donde supuestamente habrán de encontrar un paraíso que, lejos de ello, se convertirá en un infierno.
Hallarán un clima hostil, con gélidas temperaturas que nunca imaginaron, grados bajo cero que congelan con mayor rigor los tropicales humores centroamericanos, un rechazo social que les habrá de confinar a ocultarse en rincones insalubres y andar a salto de mata constante, para no ser sorprendidos por su ilegalidad.
Serán discriminados permanentemente, hasta por sus mismos paisanos que ya legalizados, les ven como competidores; quizá algunos corran mejor suerte al ser aceptados – efímeramente -  por las comunidades compatriotas que se solidaricen con ellos, el idioma siempre será un obstáculo casi infranqueable que, aunado al color de la piel, sirven para identificar al moderno esclavo.
Los emigrantes indocumentados que logren cruzar la frontera, después de librar aberrantes obstáculos que dificultan su heroico tránsito a través de inhóspitos desiertos  y estorbosas barreras, pagando cantidades reunidas con enormes sacrificios de sus familias,  siendo constantemente víctimas de los traficantes de seres humanos en contubernio con las autoridades corruptas; por fin, con mucha suerte, quizá después de varios temerarios intentos, logren adentrarse en los Estados Unidos.
Ahí empieza el otro calvario, en ese “ultra civilizado país”, el estado de derecho permite y facilita la explotación humana más vergonzosa, ninguna protección existe para la mano de obra indocumentada, ninguna garantía de protección social, no hay reglas laborales aplicables al caso que rijan la relación obrero patronal, el mercado negro es la ley. 
Las jornadas laborales pueden extenderse sin cortapisas, no existen reglas de sanidad ni protección ni seguridad para el trabajador, no hay ni horas extras pagadas al doble, ni prima de vacaciones, ni reparto de utilidades, ni aguinaldo, ni equipo de protección,  ni inspecciones que vigilen el trato al empleado indocumentado temporal.
Para cerrar con broche de oro, son contratados verbalmente por empresas que están registradas bajo el nombre genérico de “temps” apocope de “temporary” que significa temporal, mismas que cobran su sueldo, el que fragmentan, para pagar al trabajador, si bien les va, la mitad de su salario.
En USA en 2008, había 13, 722 empresas “temps” en diferentes modalidades como las famosas “outsourcing”, con un ingreso cada una de US$7’400,000 (siete millones cuatrocientos mil dólares).

La mano de obra temporal dentro de estas paupérrimas condiciones, alcanzaba el año pasado la cantidad de 4’000,000 (cuatro millones) de trabajadores, generando una enorme riqueza para estos voraces empresarios intermediarios que, hoy por hoy, se frotan las manos de gusto, con el sudor y las lágrimas de nuestros connacionales y nuestros primos latinoamericanos, expulsados por la corrupción de los gobiernos alineados con el ignominioso sistema.                            

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