SUBJETIVIDAD
Hay quien puede estar temblando de miedo en el paraíso y quien
revolcado de risa en el infierno. Todo está en la cabeza, todo es subjetivo.
Demonios, monstruos y bestias, pueden parecer simpáticos y juguetones
animalitos a una mente estable y serena. Pueden patos, ardillas y mariposas parecer un horrendo castigo a una mente llena de ansia y desasosiego.
Una noche de tormenta en la sierra, puede ser maravillosa para alguien
y desastrosa para otra persona, todo depende de cómo cada quien lo perciba.
Se disfruta o se padece el mismo evento, en forma completamente opuesta,
según el sujeto que lo experimente; en la mente se convierte la realidad en un
averno o en un cielo.
La felicidad y la amargura sentidas por el hombre, están en función de
la manera cómo se tomen los hechos, más que de la realidad objetiva misma.
Subjetividad y objetividad mezcladas en una ecuación, que se despeja
de modo personal, sin descartar por supuesto, que también, lo infernal pueda
asustar y el paraíso gratificar.
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