CANASTA BÁSICA
En una crisis económica, lo sensato fuese que sus efectos recayeran en
el abatimiento del consumo de productos y servicios superfluos, propios de las
altas clases sociales, que disponen de recursos más que suficientes para
sortear la contingencia.
No debieran afectar estas crisis, al consumo de bienes esenciales que
son indispensables para una digna calidad de vida, pero generalmente las clases
proletarias de bajos ingresos, son las más perjudicadas, la escasez es
resentida por las familias más pobres y marginadas.
Magnates, altos funcionarios, banqueros, ejecutivos y accionistas de
altos ingresos, no merman sus dispendios y lujos, siguen su tren de vida sin ver
para nada disminuido su nivel de consumo. Buenos vinos, excelente comida, viajes,
indumentaria, joyas, espectáculos y en general artículos suntuarios, los continúan
disfrutando a similar ritmo.
El pobre tiene que bajar el consumo de tortilla, de chile, de sal, de frijol de arroz, de verduras, de fruta, de huevo, de agua, de gas, de
electricidad, de papel, de aceite, de pan, de todo lo que forma su canasta
básica; con el consecuente detrimento de su salud y de calidad de vida.
En contraste con el potentado que sigue importando vehículos de lujo,
perfumes, modas, espejos; el pobre debe disminuir la utilización del
transporte, de medicinas, de esparcimiento; además de estar expuesto al
desempleo, que lo dejará eventualmente en la calle.
Normalmente el pobre paga renta, hipoteca, intereses elevados, abonos
de usura, todo es más caro para el necesitado.
El rico es propietario, goza de rentas fijas, de intereses que su
capital devenga, entradas por aquí y por allá, recursos financieros colocados
en fondos de inversión a largo plazo, reservas en divisas, depósitos en cuentas
en bancos extranjeros, bonos diversificados. Tiene además la protección de
seguros y exención de impuestos en los más inverosímiles casos.
El pobre está expuesto a toda clase de contingencias, es mucha más
sensible a cualquier alteración a la baja de la economía, tiene siempre la soga
al cuello, vive al día y así todavía se le explota, se le extorsiona, se abusa
de su miserable condición.
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