viernes, 11 de enero de 2013


CONCLUSIONES

La razón por la que el sistema económico y político prohíbe las drogas, es porque su consumo, pone en su lugar las ambiciones estimuladas por el sistema, es decir las paraliza.

El motor de la economía de mercado, es  la perenne insatisfacción del público incitada al consumo irrestricto, de lo que se ofrece.

Encontrando en estos paraísos mentales el júbilo, el regocijo, la felicidad y el sosiego tan benéfico para la salud espiritual del hombre, éste desiste de perseguir los paradigmas que el mercado, mediante la publicidad, le oferta abierta o subliminalmente, a través de la moda, la televisión, los anuncios y la imitación.

Los enteógenos son enemigos acérrimos de la industria, del comercio, de la banca, de la institucionalización de la vida, sometida al incesante bombardeo mediático.

Los enteógenos dosificados, llenan el vacío interior que abren las religiones y que no llenan ni oraciones ni amenazas, así como tampoco satisfactores frívolos y ostentaciones vanas.

El sistema económico ataca la sencillez, su enemigo encarnizado es el simplismo de una vida rica en armonía interior, concordia con el mundo, vida contemplativa y natural, que solo quiere disfrutar hedonísticamente del placer de existir.        


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