RESIGNACIÓN
La gente intenta escapar de su realidad por cualquier medio,
entendiendo por ésta, el contexto en el que vive, el entorno que le envuelve.
Cuando la realidad se le presenta tiránica y opresiva, mucha
gente escapa a través del alcohol, a veces hasta perder el conocimiento; otros
huyen con barbitúricos, con somníferos, medicamentos o drogas; la cuestión es
salir de la angustia, de la desesperación, de la depresión, del vacío existencial.
En aras de mitigar el sufrimiento que nos causa la adversidad,
propia del sistema social en que sobrevivimos, huimos en busca de un oasis, aunque sea efímero como
un lapsus; ante el cúmulo de trabas, de objeciones, de rechazos, de obstáculos
y reprobaciones, el dasein se siente
acorralado, sin opciones a la mano, aunque las intenta encontrar en una
infructuosa búsqueda, pero siempre se topa con barreras infranqueables que le
condenan.
El sistema social fue
hecho para premiar a los triunfadores, para alagar a los ganadores, para
favorecer al más fuerte, para enaltecer al más poderoso, al más hábil, al
más astuto, rico, abusivo y tramposo; en perjuicio del más débil, del más
pobre, del más vulnerable. Mucha gente descalificada para esta competencia
amañada, se refugia en las drogas, donde puede encontrar fácilmente la paz, la
alegría y la felicidad que el sistema le niega.
Una sociedad que produce tantos enfermos mentales,
alcohólicos, viciosos, sufridos, adoloridos, tristes, desesperados, diabéticos,
reumáticos, etc., deprimidos, estresados, suicidas y tantos infelices; No
solo debe revisarse a fondo, debe haber una reflexión de la especie sobre lo
que estamos haciendo mal y detenerlo, así como investigar lo que deberíamos
estar haciendo y hacerlo, esta sociedad hay que sustituirla, nunca ha
funcionado bien, tiene errores elementales que habrá que corregir desde el
presente histórico de hoy. O será que es mejor aceptar lo que es y no lo que debiera ser?
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